En la historia de América Latina, pocos pensadores lograron conectar la educación con la cultura de manera tanprofunda como José Vasconcelos. Secretario de Educación Pública de México en los años 20, Vasconcelos entendió que educar no era solo enseñar a leer, escribir o contar; educar era formar espíritus, cultivar sensibilidad y despertarconciencia.
Su lema, «por mi raza hablará el espíritu», no es un simple eslogan: es un llamado a valorar nuestra identidad mestiza, a reconocer que nuestra riqueza cultural surge del encuentro entre lo indígena, lo africano y lo europeo. ParaVasconcelos, una nación fuerte no se construye solo con leyes o infraestructura, sino con cultura compartida y educación que haga ciudadanos conscientes de su historia y sus raíces.
Durante su gestión, impulsó campañas de alfabetización, bibliotecas públicas y misiones culturales rurales. Promovió también el muralismo mexicano, llevando la historia y los valores de la nación a los muros de la ciudad para que todos pudieran aprender de ellos. Vasconcelos creía que el arte debía caminar junto al pueblo, no quedarse encerrado en museos.
Hoy, en República Dominicana y en toda América Latina, su mensaje sigue siendo urgente. En un mundo dominado por estadísticas y algoritmos, debemos recordar que sin cultura no hay educación plena, y sin educación no hay nación. La escuela debe ser un espacio donde se descubra el país, se cultive el pensamiento crítico y se siembre amor por la propia historia y patrimonio.
José Vasconcelos nos enseña que educar es, sobre todo, cultivar humanidad. Y en tiempos de cambio acelerado, su visión nos invita a retomar la cultura como el eje de la educación, porque solo desde allí se construye un futuro consentido y una ciudadanía consciente de su valor y potencial.





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