04/11/2024
Crónicas del Alma

La resiliencia: capacidad de reinventarse ante la adversidad

En la vida, todos nos enfrentamos a momentos de crisis. Viktor Frankl decía que las tres constantes de la vida son dolor, cambio y trabajo constante. Sin embargo, lo que marca la diferencia no es tanto lo que nos sucede, sino cómo respondemos ante ello. Es aquí donde entra en juego la resiliencia, un concepto clave tanto en psicología como en la vida cotidiana.

La resiliencia se define como la capacidad dinámica de un individuo para adaptarse positivamente y recuperarse frente a la adversidad, el trauma, el estrés o eventos significativamente disruptivos. Lejos de ser una característica innata, es una habilidad que puede desarrollarse y potenciarse a lo largo de la vida.

Hoy día la psicología sustenta que la resiliencia no es un rasgo aislado, sino el resultado de la interacción de varios factores. Entre ellos, uno de los más importantes es el apoyo social. Las personas que cuentan con una red de apoyo, ya sea familia, amigos o profesionales, tienen más probabilidades de superar situaciones adversas. El simple hecho de compartir las emociones y recibir empatía puede ser un bálsamo en momentos de dificultad.

Otro factor determinante es la autoestima. Aquellas personas que confían en sus habilidades y se valoran a sí mismas suelen tener más recursos para enfrentar los problemas. La autoestima actúa como un escudo psicológico, permitiendo a la persona mantener una actitud positiva incluso en los momentos más difíciles.

La flexibilidad cognitiva también juega un papel crucial. Ser capaz de replantear la situación, ver el problema desde diferentes ángulos y encontrar soluciones creativas es esencial para superar la adversidad. Es importante que confundamos esto con un seudo optimismo, que más que hacer bien, provoca daños. La clave es que las personas resilientes no se centran únicamente en el problema, sino que buscan caminos alternativos para avanzar.

Aunque algunos parecen tener una inclinación natural hacia la resiliencia, todos podemos fortalecerla. Un buen punto de partida es practicar el autocuidado: el establecimiento de metas realistas también es fundamental. Dividir los problemas en pequeñas metas alcanzables facilita su resolución y nos ayuda a mantener una perspectiva positiva. Puede ser útil la práctica del Kaizen es una filosofía de mejora continua originada en Japón, que se centra en la optimización gradual y sostenida tanto en el ámbito personal como en el organizacional. 

Lo que se traduce como «mejora continua» o «cambio para mejor», en lugar de buscar grandes transformaciones de una sola vez, el Kaizen promueve la implementación de pequeños y constantes ajustes que, con el tiempo, generan un gran impacto. Para cultivar en ti la resiliencia te invito a abrazar y aceptar la incertidumbre que forma parte de la existencia.

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