Accidentes, heridos y muertes en lo que podemos ver día tras día en calles y carreteras de todo el país.
Cuestiones elementales como señalización, falta de iluminación, poco personal de tránsito, imprudencia de conductores, mal comportamiento de la ciudadanía son todos elementos que contribuyen al origen de los accidentes.
Cada día podemos ver en cualquier medio de comunicación que ocurren accidentes de camiones, carros, guaguas, motores y cualquier vehículo que circule por nuestras calles y carreteras originando muerte y desolación entre nuestros ciudadanos.
Es República Dominicana uno de los países donde más accidentes automovilísticos se suceden cada año.
A cada estadística surgen los análisis de qué podemos hacer para evitar tales situaciones.
De hecho, tenemos muy pocas alternativas ya que las autoridades correspondientes parecen corresponsables de lo que ocurre en nuestras vías terrestres.
En fin, podemos colegir que no tenemos que nos salve como diría el Chapulín Colorado.
Los denominados sindicatos y gremios choferiles son dueños de las calles y carreteras.
No tienen control ni nadie los controla. Las leyes que envuelven esta situación como los seguros de vehículos son mera pantalla para cubrir lo elemental de un accidente.
El orden que debería estar en manos de una autoridad determinada, corresponde a varias instituciones que aparentemente no sirven para nada y suelen ser aliadas de los choferes y propietarios de vehículos dejando al desamparo al ciudadano común.
No es que todo ande mal, pero cuando usted transita por unas calles o carretera oscura sin señalización, con semáforos inservibles ¿qué usted puede esperar?
Los castigos a los violadores a la ley de tránsito son tan imperceptibles que en este país un conductor puede tener 30 multas y no pasa nada.
Los motoristas son tantos y tan imprudentes que ahora chocan unos contra otros, se matan entre sí.
Una sociedad en desarrollo como esta donde cada año entran a las vías de tránsito 5 mil vehículos nuevos, pero donde nunca sale un carro viejo, no tiene futuro.
Y eso que las carreteras que son vías de muertes donde camioneros y guagüeros no respetan a nadie, ahí es que andamos mal.
Para que las cosas funciones dentro del tránsito terrestre y dejemos de contar los muertos y heridos debe haber una autoridad que se respete.
Deben revisarse las instituciones del tránsito que más bien están confabuladas con el desorden si queremos seguir sobreviviendo en esta selva de concreto.
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