Hablar de Arismendy Duarte es hablar de resiliencia y visión. Nacido en Pimentel (provincia Duarte) de origen humilde, entendió desde temprano que la educación sería su herramienta para crecer. Esa disciplina lo llevó a ser uno de los mejores estudiantes del país y luego a formarse en Salamanca, España, donde cursó dos maestrías.
Al regresar a República Dominicana, enfrentó puertas cerradas y rechazos que lo obligaron incluso a “minimizar su currículum” para conseguir trabajo. Lejos de rendirse, esa etapa lo impulsó a crear AD Management y más tarde Marketnet, empresas que hoy emplean a decenas de jóvenes y se sostienen en una visión empresarial con fuerte compromiso humano.
Ha sido un líder juvenil desde temprana edad, y entiende el éxito como servicio. Integra la fe, la salud mental y la sostenibilidad en su vida y en su empresa, convirtiendo su historia en ejemplo. Nominado dos veces al Premio Nacional de la Juventud, representa a una generación que demuestra que en el país también se puede emprender con propósito, liderar con valores y dejar huella.
Origen y formación académica
Vienes de un origen muy humilde en Pimentel y lograste destacarte como uno de los mejores estudiantes del país. ¿Qué recuerdas de esos primeros años que te impulsaron a soñar más allá de tus circunstancias?
La verdad es que de esos primeros años recuerdo muchas cosas, porque fueron momentos que me permitieron forjar posiblemente la estructura de la persona que soy hoy. Básicamente siempre tuve muy claro que mis circunstancias actuales, las que tenía en ese momento, no definirían mi futuro y que todo iba a depender de la educación en la que me forjara y el esfuerzo para poder lograr mis metas.
¿Cómo influyó tu paso por España en tu visión de la vida y en tu preparación profesional?
Influyó mucho la verdad, porque era la primera vez que salía del país. A cualquier persona que termine la universidad y tenga la oportunidad de viajar, ver otros horizontes, por un tiempo, aunque tenga que regresar al país, lo invito a hacerlo. Mi mente se abrió a un mundo de posibilidades que no veía claras aquí. Al regresar, lo hice con una mente mucho más trabajada, equipada y potenciada para buscar otros resultados y de ahí surge el querer levantar mi propia empresa.
Muchos jóvenes sienten que estudiar fuera es un sueño inalcanzable. ¿Qué aprendizajes de tu experiencia internacional quisieras compartirles?
Antes veía estudiar fuera como algo difícil, pero hoy existen más apoyos y facilidades tanto del gobierno como de entidades privadas. Todo se resume en investigar y prepararse para aprovechar las oportunidades.
Retorno y dificultades laborales
Formarte académicamente en Europa y regresar al país para encontrarte con rechazos laborales, incluso teniendo que minimizar tu currículum. ¿Qué aprendiste de esa etapa y qué mensaje le dejas a los jóvenes que sienten que, aun teniendo talento, no encuentran espacio en el mercado laboral dominicano?
Más que aprender, choqué con una realidad para la cual no estaba preparado emocionalmente. Venía con la mentalidad de que todo se lograba por capacidad y buen currículum, pero descubrí que no siempre es así. Los primeros meses fueron duros, entre la frustración y el proceso de adaptarme de nuevo a mi ciudad. Aun así, nunca me victimicé: busqué la manera de empezar desde cero y seguir adelante. Incluso tuve que minimizar mi currículum para poder insertarme laboralmente, algo que da miedo y frustración. Hoy, con mi propia empresa, entiendo que lo importante es no rendirse, seguir buscando y confiar en que la oportunidad que puede cambiar tu vida siempre termina llegando.
¿Cómo enfrentaste la depresión en esa etapa y qué le dirías a quienes atraviesan momentos similares?
Fue una etapa complicada, pero gracias al apoyo de mi hermano pude ir a terapia, algo que entonces era costoso y poco común. Esa experiencia me ayudó a entender dónde estaba y hacia dónde ir. Hoy, con tantas opciones presenciales, virtuales e incluso gratuitas en línea, existen muchas herramientas que facilitan cuidar la salud mental, aun cuando no se pueda pagar un psicólogo.
Emprendimiento y liderazgo empresarial
De las dificultades y retos surgió tu empresa, AD Management, y luego Marketnet, donde hoy trabajan decenas de jóvenes. ¿Cómo nació esa chispa emprendedora?
La chispa emprendedora no la tenía; fueron las circunstancias en España, en medio de la crisis y con universidades fomentando el emprendimiento, las que cambiaron mi mentalidad. Esa constancia transformó lo que veía como una debilidad en una fortaleza.
¿Qué valores entiendes son fundamentales para construir una empresa que trascienda lo económico y se convierta en un espacio de crecimiento humano?
Creo que para que una empresa trascienda lo económico y se convierta en un espacio de crecimiento humano hay tres valores fundamentales. Primero, la disciplina, que es ese motor que te sostiene incluso en los momentos en que sientes que no tienes fuerzas. Segundo, la responsabilidad, porque una empresa que cumple y brinda un servicio responsable no solo obtiene resultados con sus clientes, sino que también genera confianza y recomendaciones. Y tercero, la empatía, que te permite escuchar a tus colaboradores y ponerte en los zapatos de tus clientes, logrando un equilibrio más humano que va más allá de los objetivos económicos.
¿Cómo manejas el reto de liderar jóvenes en un contexto donde a veces se nos dice que “la juventud no quiere trabajar”?
Valoro de esta generación su dominio de la tecnología, creatividad y empatía; el reto está en que las empresas sepan adaptarse. Aunque a veces buscan las cosas demasiado fáciles, lo importante es encontrar un equilibrio entre sus expectativas y lo que queremos lograr. En mi experiencia, cuando se fomenta el trabajo en equipo, la responsabilidad y la empatía, se obtienen grandes resultados.
Compromiso social y comunitario
Desde tu adolescencia has estado vinculado a causas sociales y comunitarias. ¿De dónde nace esa vocación de servicio?
Mi vocación de servicio viene de mi formación familiar, de los valores de mis padres y de la sensibilidad que cultivamos en casa. En mi adolescencia también estuve muy vinculado a grupos juveniles de la iglesia católica, fui coordinador de pastoral y dirigí un coro, experiencias que me acercaron a las comunidades y me despertaron el interés de aportar. Quizás no siempre tengo todos los recursos para ayudar en cada situación, pero sí intento hacer lo que esté a mi alcance por quienes lo necesitan, y eso lo he impregnado también en la cultura de mi empresa.
En tu opinión, ¿cómo la juventud puede involucrarse más en transformar su entorno, más allá de las quejas en redes sociales?
Pienso que las redes sociales, aún cuando tienen algunas cosas negativas, tienen también muchas positivas y esta es una de ellas. Ha sido la apertura a conocer distintas situaciones que son expuestas en redes sociales y muchas veces reciben ayuda mucho más rápido; Y creo que la juventud es un punto importante porque por medio de ellos se ha desarrollado este fenómeno de cómo ayudar o exponer situaciones en las que realmente hay mucha gente con cosas muy difíciles. Los jóvenes han sido un motor importante en la trascendencia de este tipo de formaciones.
¿Qué proyectos comunitarios han marcado tu vida y por qué?
Uno de los proyectos que más me ha marcado fue cuando, desde la agencia, visitamos un asilo de ancianos con todo el equipo. Más que llevarles un aporte, buscamos regalarles un momento agradable, y esa experiencia me impactó profundamente. Ver a tantos adultos mayores solos o desprotegidos fue duro y me hizo pensar en mis propios padres y abuelos. Fue una vivencia que no solo me sensibilizó a mí, sino también a mis colaboradores, al enfrentarnos con una realidad tan conmovedora como desgarradora.

Fe, salud mental y sostenibilidad
Has hablado abiertamente de la fe como pilar en tu vida y tu empresa. ¿Cómo equilibras lo espiritual con lo profesional en un mundo cada vez más competitivo?
Para mí el equilibrio entre lo espiritual y lo profesional empieza por tener claros tus valores, de dónde vienes y por qué estás aquí. Eso te ayuda a mantener los pies sobre la tierra en lo profesional, y a la vez a buscar una conexión espiritual con Dios, o con aquello en lo que creas, que te dé sentido. No siempre estaremos en perfecta sintonía, pero cuando la mayor parte del tiempo logras mantener ese balance, las altas y bajas vuelven a su nivel. Al final, no se trata solo de sentirte realizado en lo profesional, sino también de tener una vida con propósito, guiada por una fuerza más grande que te inspira a ser mejor cada día.
También das un lugar especial a la salud mental, incluso dentro de tu equipo de trabajo. ¿Por qué es tan importante para ti y qué cambios has visto al priorizarla?
Para mí la psicología es fundamental porque permite entender de dónde vienen nuestras emociones y reacciones. Eso me hizo valorar su impacto y quise trasladarlo a mi equipo. Hoy contamos con una psicóloga asignada que brinda apoyo a un costo muy accesible, como un beneficio adicional para que cada quien pueda encontrar su equilibrio emocional.
Para mí es vital estar emocionalmente estable, porque soy quien asume toda la responsabilidad de la empresa. Si yo, como cabeza, no estoy bien, tampoco lo estará el rumbo de mi proyecto. Por eso he aprendido a priorizar mi bienestar para mantener el camino en la dirección correcta.
¿Cómo mantienes la disciplina de alejarte de vicios y sostener una vida equilibrada en medio de tantas presiones?
Desde siempre me he mantenido alejado de los vicios; no tomo ni fumo, y he encontrado equilibrio refugiándome en el gimnasio, en Dios y en el contacto con la naturaleza. No soy perfecto, como nadie lo es, pero creo que todo se trata de trabajar cada día en ser una mejor versión de uno mismo, reconociendo debilidades y aprendiendo de los errores para seguir creciendo.
Reconocimientos y legado
Has sido nominado en dos ocasiones al Premio Nacional de la Juventud, ¿Qué significan para ti estos hitos?
Ser nominado al Premio Nacional de la Juventud ha sido un honor y una forma de valorar mi trabajo. Lo agradezco mucho, aunque sé que mi trayectoria no depende de un premio, sino del camino que sigo construyendo día a día.
¿Qué consejo práctico y realista le darías a un joven dominicano que sueña con “salir adelante” como tú lo hiciste?
Educarse y prepararse. En medio de que hay mucha gente que se hace influencer o que puede tener mucho dinero, habiendo muchas formas de hacerlo, para mi la educación siempre será la base del desarrollo de un ser humano. Tener constancia en los procesos, entender que no todo llega de un momento a otro, que la vida es un camino en el que hay que pasar cierto trabajo, es como que hay que “guayar la yuca” para encontrar eso que realmente buscamos. Me parece que cuando tienes eso claro y no pierdes tus valores, puedes fundamentalmente, tener éxito.
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