Los Omega 3 son ácidos grasos polinsaturados que encontramos principalmente en el pescado azul y actualmente en algunos alimentos enriquecidos. Se les conoce también como ácidos grasos esenciales o indispensables ya que nuestro organismo no puede fabricarlos por si mismo y son imprescindibles para garantizar su correcto funcionamiento, además de que contribuyen en la prevención de diversas enfermedades.
Es importante que sepamos que cada persona tiene un requerimiento individual de Omega 3 sin embargo se tienen ingestas recomendadas a nivel global que son las deseables para que no aparezcan determinadas enfermedades o alteraciones.
Ingestas recomendadas: adulto: 2.2 gramos por día; mujeres gestantes primeros 6 meses: 2.0 g por día; gestante tercer trimestre: 2.0 – 2.5 g por día; lactando: 2.0 – 2.5 g por día.
Los ácidos grasos Omega 3 son esenciales para la salud del corazón, estudios han demostrado que el consumo habitual puede llegar a reducir el riesgo cardiovascular hasta en un 30 por ciento, ya que previenen la aparición de arritmias, mejora el perfil de lípidos (disminuyendo el colesterol LDL (malo) y aumentando el HDL (colesterol bueno) y reduce los niveles de triglicéridos y la presión arterial.
Los ácidos grasos Omega 3 desempeñan un papel fundamental en la función pulmonar evitando numerosas enfermedades inflamatorias pulmonares. Además, en procesos inflamatorios de otro tipo como la enfermedad de Crhon, artritis reumatoide, etc.
Durante el embarazo cuando la madre inicia la ingesta temprana se mejora la agudeza visual de los bebes prematuros, es fundamental para el desarrollo neurológico y crecimiento del recién nacido, y las madres tienen menor riesgo de padecer hipertensión arterial en el embarazo.
Investigaciones han demostrado que además poseen efectos anticancerígenos, principalmente el de mama, colon, próstata, entre otros, y que reduce el riesgo de metástasis en ya enfermos de cáncer. Y esto ya que existe una correlación entre la ingesta excesiva de grasas, de ácidos grasos saturados y de alcohol, y la disminución en la ingesta de fibras y antioxidantes con el aumento de la incidencia de cáncer en poblaciones que se caracterizan por estos hábitos alimenticios.
Las principales fuentes son los pescados principalmente azules mariscos, aceites vegetales y en suplementos preparados.
Dentro de los pescados y mariscos más conocidos en el país y que lo contienen tenemos: el arenque, el atún, bacalao, lenguado, almejas, calamar, mejillón, ostiones, pulpo, langosta, camarones, cangrejo, trucha, tiburón, merluza etc. Y dentro de otros alimentos que lo contienen tenemos: la espinaca, lechuga, quinoa, brócoli, coliflor, rábano, soya, almendras, chía, maní, nueces, lentejas, garbanzos, aguacate, coco y trigo, principalmente.
En conclusión es importante destacar y recalcar que: el organismo los necesita para trabajar correctamente: en la formación de membranas celulares, la formación de hormonas, el funcionamiento correcto del sistema inmune, el funcionamiento de las neuronas.
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