24/11/2024
Crónicas de Poder

La reforma de Abinader

El presidente Luis Abinader se ha embarcado en una ambiciosa misión de reformar la Constitución del país. Esta iniciativa, presentada con la intención de fortalecer la democracia y consolidar la institucionalidad, enfrenta numerosos retos tanto internos como externos. La propuesta de reforma incluye cuatro ejes principales: impedir modificaciones a las reglas de elección presidencial, consolidar la independencia del Ministerio Público, reducir el número de diputados y unificar las elecciones presidenciales, congresuales y municipales. Aunque estos objetivos buscan mejorar la gobernabilidad y la eficiencia del Estado, su implementación no está exenta de controversias y obstáculos.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta el presidente Abinader proviene de su propio partido, el Revolucionario Moderno (PRM). A pesar de su liderazgo, algunos legisladores del PRM han expresado sus reservas sobre varios aspectos de la reforma. El diputado Ramón Bueno, por ejemplo, ha manifestado, según fuentes noticiosas, sus dudas acerca de la reducción del número de diputados de 190 a 137, argumentando que esta medida no resolverá significativamente los problemas de costos del Estado.

Bueno sostiene que la reducción no es una prioridad para la sociedad dominicana y que otras áreas del gasto público requieren atención más urgente. Además, propone que la elección del procurador general de la República se realice mediante referendo, permitiendo así que la población participe directamente en la selección de este cargo crucial, en lugar de dejar la designación al Consejo Nacional de la Magistratura como propone Abinader.

La necesidad de alcanzar un amplio consenso es otro desafío significativo. Aunque Abinader ha estado dialogando con diversos sectores de la sociedad desde 2021, incluidos empresarios y representantes de la sociedad civil, aún debe convencer a la oposición política de que la reforma es beneficiosa para el país en su conjunto.

Los representantes de partidos opositores han expresado críticas a la reforma, y la construcción de consensos y negociaciones con estos partidos será una tarea constante. La percepción pública y la legitimidad de la reforma también son cruciales. Abinader debe asegurarse de que la reforma se perciba como un esfuerzo genuino para fortalecer la democracia y no como una maniobra política para consolidar el poder.

Históricamente, las reformas constitucionales en la nación dominicana han estado asociadas con intentos de prolongar mandatos presidenciales, lo que ha creado un clima de escepticismo. Abinader ha insistido en que su propuesta busca poner fin a estas tendencias continuistas, garantizando que ningún presidente pueda modificar la Constitución para extender su mandato más allá de dos períodos consecutivos. Sin embargo, cambiar esta percepción y ganar la confianza del público es un reto considerable.

La implementación y transición de los cambios propuestos también representan desafíos logísticos y administrativos. La propuesta de unificar las elecciones y reducir el número de diputados implica una transición bien planificada y coordinada. Además, la independencia del Ministerio Público, con el procurador general fuera del Consejo Nacional de la Magistratura, requiere cambios profundos en el sistema judicial y en la relación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial. Estos cambios estructurales deben ser gestionados cuidadosamente para evitar disrupciones y asegurar que los nuevos procedimientos sean efectivos y transparentes.

El presidente Abinader ha adoptado una postura firme respecto a la unidad de su partido en torno a la reforma. Ha advertido a los legisladores del PRM que deben apoyar la propuesta y ha señalado que se reunirá con ellos para garantizar el consenso, indicando que no se permitirá ninguna disidencia dentro del partido sobre este tema. Esta estrategia busca consolidar el apoyo interno antes de enfrentar los debates en el Congreso Nacional.

La propuesta de reforma constitucional del presidente Luis Abinader es un esfuerzo ambicioso para fortalecer la democracia y la institucionalidad en el país. Sin embargo, enfrenta retos significativos, incluidos la división interna en el PRM, la necesidad de consenso político y social, la oposición política y la percepción pública. Además, la implementación y transición de los cambios propuestos requieren una planificación cuidadosa y coordinación efectiva. A pesar de estos desafíos, Abinader se mantiene firme en su compromiso de llevar adelante esta reforma, confiando en que beneficiará al país a largo plazo.

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