Miguel Vargas Maldonado empieza a disfrutar de una relativa tranquilidad dentro del Partido Revolucionario Dominicano, ya sea porque el grupo opositor interno que lidera el ex presidente de la República Hipólito Mejía bajó la guardia o porque se viven las últimas semanas del año, cuando la gente se concentra más en los asuntos personales y familiares que en otra cosa.
A la espera de que se celebre la Convención Nacional, aunque todavía está por confirmarse si será en febrero del 2014, el presidente del Partido Revolucionario Dominicano sobrelleva una agenda con normalidad, viajando al interior del país, reuniéndose con los cuadros medios e intermedios de la organización, enviando una señal de que el barco va viento en popa bajo la consigna del M16, dígase: Miguel Vargas Presidente en el 2016.
Todo apunta a que el 2013 terminará sin mayores contratiempos, como sucedió durante casi todo el año, cuando el presidente del PRD debió enfrentar una férrea oposición encabezada por Mejía, quien está (algunos aseguran que «estuvo») resguardado por los viejos robles del perredeísmo.
Aún cuando la convención se celebre o no para febrero del próximo año, muchos aseguran que los dirigentes que han respaldado las acciones motorizadas por Mejía, quienes vienen pidiendo la renovación de los principales cargos del PRD debido a que «se venció el plazo de los mismos», se pasarán a apoyar a Miguel Vargas quien, como presidente de la organización, sería el que inscribirá las candidaturas para las elecciones legislativas, congresales y presidenciales del 2016.
Mientras tanto, Miguel Vargas Maldonado, que ha demostrado en los momentos más álgidos dentro del PRD que es un verdadero MVP (con aspiraciones presidenciales muy claras para el 2016), sigue recorriendo cada rincón del país, compartiendo con la gente de pueblo y hasta saboreando esos manjares de la comida criolla que solo se pueden degustar en el campo.
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