En casi veinte años, desde que en el 1999 sucedieron los primeros intentos de su redacción, la Junta Central Electoral, las organizaciones y sectores de la sociedad involucrados, no han podido consensuar el polémico proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, una de las leyes complementarias incluida en la Constitución aprobada en el 2010 en su capítulo 2 sobre los órganos electorales. Un agotador y tortuoso recorrido se empezó a transitar desde entonces, y los partidos tienen posiciones divergentes sobre aspectos fundamentales que mantienen esta anhelada legislación durmiendo un sueño eterno.
El año pasado, fue convocado el liderazgo de todas las organizaciones políticas a un diálogo moderado por Monseñor Agripino Núñez Collado que terminó sin un borrador que complaciera a los concurrentes, y antes que finalizaran los debates, los representantes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) abandonaron las instalaciones de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra donde se celebró el encuentro.
Hay quienes entienden que el 2017 será la vencida. Con un año en curso que no es electoral, con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) –que tiene el Poder Ejecutivo con Danilo Medina como presidente de la República y mayoría representativa en la Cámara de Diputados y el Senado–, están dadas las condiciones para que el proyecto de Ley de Partidos sea aprobado de una vez por todas. Y la sociedad, el pueblo, está ejerciendo su derecho de exigir a las partes en conflicto retomar el diálogo y sellar un acuerdo.
Marius de León, miembro del PLD y actual director general de Pensiones y Jubilaciones a Cargo del Estado, en su participación en la apertura de #EnTertulia, encuentro organizado por PhotoNews.do, cree que pesará mucho la voluntad de su partido para que este proyecto sea aprobado antes de finalizar el año. «Hay que cerrar el círculo», fue la frase que utilizó para referirse a lo que espera el pueblo de las organizaciones públicas, en las que «nadie cree» desde hace mucho tiempo.
«Es insostenible lo que está pasando en las campañas electorales en cuanto a la cantidad y al uso que se le está dando al dinero, la gente ya no cree en los partidos y por eso es de gran importancia que no termine el 2017 sin que República Dominicana cuente con un marco legal que regule a las organizaciones políticas y que establezca parámetros más equitativos para todos».
Marius: La sociedad está presionando para que los partidos cambien se forma de accionar.
El manejo del dinero en los procesos electorales es un tema que inquieta a la clase política, que aspira a seguir manejando fondos sin ningún escrutinio por parte de las autoridades del sector. «Estamos en el momento más álgido de la política, la sociedad nos exige un cambio y debemos buscar la forma en que esa sociedad cree en la partidocracia. Es increíble que este proyecto en más de 15 años no se haya podido consensuar ni aprobar, estamos inmersos en una discusión sobre temas casi irrelevantes y esto no representa el nivel aspiracional de la gente», comentó De León.
El funcionario entiende que este es el momento para aprobar la Ley de Partidos: «No hay vuelta atrás, no tenemos más tiempo, hay voluntad para lograr una ley que responda a las aspiraciones ciudadanas, en el que se establezca un monto máximo de los recursos que se están manejando en las campañas electorales y que los partidos abran los libros contables para que la sociedad conozca cómo se recaudó ese dinero, su procedencia y cómo se gasta». Para el político, son muy pocos los puntos conflictivos que aún siguen generando dificultades para alcanzar un entendimiento. Sin embargo, someterse a un análisis financiero, que contraste la legalidad del dinero recaudado y gastado en la campaña y abrir los libros a un proceso transparente, parecen requisitos inaceptables por la clase política.
Otro aspecto importante –de acuerdo a De León– que debe establecer esta nueva ley es el uso de los medios de comunicación: «Tiene que haber una igualdad de condiciones en términos del posicionamiento o de la colocación de los candidatos en una campaña o precampaña» para que todos compitan en un proceso equitativo.
Marius de León citó la celebración de las primarias internas –o de la convención– la cual propone que deben llevarse a cabo de manera simultánea,»porque así eliminamos cualquier duda en la gente de que un partido pueda incidir en las elecciones internas de otra organización».
Hay quienes entienden que una Ley de Partidos no será suficiente para cambiar la naturaleza –que es parte de la cultura– de los políticos, que se niegan a ser más transparentes o a abolir el clientelismo. «Siempre surgen aprehensiones ante cualquier cambio, si nosotros asumimos con responsabilidad este proyecto y lo hacemos bien, si se modela una actitud positiva, la gente entiende que uno tiene la capacidad para impulsar el crecimiento, el desarrollo y la institucionalidad del país», concluyó el funcionario.
La Junta Central Electoral tiene un interés particular por materializar esta nueva legislación. En el 2011, sometió al Congreso su propio proyecto que perimió y volvieron a someter a principios de este año. Otro borrador fue elaborado por el Partido de la Liberación Dominicana, que fue el punto de partida del diálogo coordinado por monseñor Agripino Núñez.
La capacitación de dirigentes. Los políticos no pueden ser advenedizos, personas incapaces que si resultasen electos no desempeñen sus funciones de manera capaz y eficiente. Es por eso que los «militantes de los partidos deben tener un amplio conocimiento de los conceptos cívicos que debe manejar un dirigente, y que sea capacitado y educado en el oficio».
En el anteproyecto de ley que se sometió al Congreso establece que las organizaciones reserven de sus recursos un 25% para la educación y capacitación de sus militantes. «Eso es fundamental para que las organizaciones cuenten con estructuras integradas por miembros capacitados», comentó De León.
El director de Jubilaciones y Pensiones entiende que «el modelo de proselitismo que tenemos no aguanta, debemos ser innovadores en los próximos torneos electorales, sobre cómo llevaremos el mensaje al electorado. Lo que vimos con la marcha [la marcha verde] es un mensaje claro de que la sociedad está cambiando y eso nos obliga a cambiar en los partidos. Digo que la desvirtuaron porque en el momento en que dieron participación a los políticos a integrarse a la marcha, no quiero decir que esté cerrada, pero asumieron una principalía en el discurso de la misma, eso provoca un ruido a un aspecto muy aspiracional y propio de lo que fue la expresión de la ciudadanía. Eso tienen que cuidarlo, porque estamos escuchando para accionar en razón de esos cambios».
La participación de la mujer. La Constitución de la República establece una cuota del 33 por ciento de la participación de la mujer en los cargos políticos. Es una conquista del sector femenino, que debe ser preservado por éstas en el futuro y que ese porcentaje sea un tope mínimo, que se deje abierta la posibilidad de seguir aumentándolo. Marius de León pide que «la mujer sea más decidida en su participación, que se involucre en la política, ese es un espacio que tienen abierto, que lo ocupen, trabajando y aportando. Al mismo tiempo, debemos exigir una cuota para la juventud, no sabemos qué podemos darle a ellos, pero se debe tomar en cuenta un porcentaje de cargos y puestos para este segmento de la población».
Pero, ¿qué controles se pueden aplicar para que los partidos renueven sus estructuras en el nivel de su liderazgo? La sociedad pide a gritos que las organizaciones permitan que los jóvenes asuman posiciones de principalía y este es un tema que preocupa a nivel general en el país. «Hay un acápite que habla sobre la renovación de los cargos a lo interno de los partidos, el tiempo que prevaleció es el mismo período de tiempo que dura un presidente, que es de cuatro años. Pero tiene que haber un sentido de ascensión en las agrupaciones, para que pueda haber oxigenación, que es algo que se nos está criticando en estos tiempos», comentó Marius de León.
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