22/11/2024
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Crítica musical al disco «Solo para bailadores» (1976), Johnny Ventura

La década de los 70 no terminaría sin someter al legendario Johnny Ventura a episodios que desafiaron su liderazgo. La publicación en el 1976 del elepé Solo para bailadores selló el término de sus productivas relaciones comerciales con Kubaney y Mate, discográficas del empresario Mateo San Martín. El Caballo cerraba un ciclo, iniciaba otro con Hoy Récords, discográfica propia con la que editaría sus discos en lo adelante.

Solo para bailadores pone en evidencia las tensiones entre artista y empresario, los trastornos que dieron al traste con la conclusión de la que fuera una unión de muchos años de éxito. Un disco de ocho canciones, dos de las cuales corresponde a dos mosaicos, un recurso que funcionó bastante bien. No uno, como en ocasiones anteriores, sino dos.

El primero, Mosaico de merengues 1930-1950 que redondea en siete minutos tres merengues inolvidables de su repertorio: La agarradera, El tabaco El pingüino. El segundo, Mosaico 1950-1970 bordea la frontera de los seis minutos que arranca con La muerte de Martín, sigue en esa misma línea rítmica con Te digo ahorita y cierra con ¿Qué pasa Papo?, todos interpretados y popularizados por Luisito Martí en sus versiones originales.

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Mateo San Martín tenía que, inevitablemente, también cerrar el ciclo y tratando de no complicar el proceso incluyó esos dos mosaicos para hacer el camino más corto. De su selección se desprende el título, Solo para bailadores, que abre con el merengue La bachata, que nade tiene que ver con el ritmo de amargue, es una referencia a la juntadera para celebrar entre tragos y buena música.

Nadie en el Combo Show, con excepción de Johnny, como Luisito Martí para cantar esos arrebatos líricos estructurados con frases y parafraseos populares. Yo también me trabo, un tema bien divertido, es una sátira a El chucuchá que popularizó Aníbal Bravo en 1980 cuando en sus años dorados comandaba La Típica Dominicana.

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Los créditos de las composiciones se lo reparten Johnny, que aporta La bachata El día que te fuiste; el polifacético Luisito Martí es autor de Pendenciero y comparte autoría de Yo también me trabo con Andrés Santana. Completa el grupo de merengues que aparecen en esta producción El radar, con letras del talentoso Ramoncito Díaz, dueño de una musical obra admirable.

Época dominada en buena medida por el guaguancó y otras variantes afrocaribeñas, la de los 70, obligaba sintonizar con la preferencia de las audiencias a las cuales el cantante líder de El Combo Show siempre trató de complacer. Destaca con estas características el Pendenciero que también canta Luisito Martí y El día que te fuiste con Johnny entonando sus notas inconfundibles. Otra pieza apreciable es la salsa A cualquiera se le muere un tío, composición de Pacho Alonso. Solo para bailadores cerró una etapa, y Johnny Ventura lo hizo con gallardía.

Artículo escrito por Maximo Jimenez

Periodista, crítico de cine. Ex presidente de la Asociación de Cronistas de Arte (2011-2013), autor del libro «La gran Aventura de la bachata urbana» (2018).

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