Todos los gobiernos de los últimos 30 años han introducido algún tipo de impuestos o cargas impositivas de manera directa o indirecta, y no una reforma fiscal integral por el miedo al qué dirán o porque pretendían buscar una reelección presidencial.
Hay que admitirlo, todos se echaban para atrás porque evidentemente la gente protesta cuando le quieren obligar a pagar lo que se llama impuesto, lo dice todo, es obligatorio es algo impuesto por quién sea en este caso por el gobierno de turno.
Pero me atrevo a decir que es mejor y más justo hacer una reforma integral no abusiva que estar inventando cargando costos a tal o cual servicio o producto que hacer una propuesta amplia e íntegra.
Como Luis Abinader no va a buscar reelección porque así lo dice su propia reforma constitucional ya aprobada por el Congreso Nacional, ahora lo que queda es organizar el país en todos los renglones y que el dinero que se recaude vaya a ser invertido en obras de bien social y común, no dilapidando en cosas inocuas o mal manejo de los fondos públicos.
Como es de esperar la oposición política al gobierno y los entes productivos incluso la ciudadanía en general protestan por lo que se hace llamar proyecto de modernización fiscal que no es más que una reforma impositiva que aparentemente va a cargar todo hasta la libre de batata y los aguacates.
Por eso se le va a cambiar el nombre de impuesto a las trasferencias industrializadas (ITBIS) por el de impuesto al valor agregado (IVA), donde va a cargarse todo lo que huela a consumo.
Tiene que haber una campaña convincente de las autoridades oficiales sobre su propuesta que tendría cambios en su contenido de eso no hay dudas. Existen renglones de exenciones y facilidades que gobierno tras gobierno se ha dejado pasar beneficiándose entes que se convierten en parasitarios como es el cine y otros grupos industriales que tienen más de 50 años con exoneraciones y exenciones que los han enriquecido grandemente y que ahora se sienten afectados porque ven que esos privilegios corren riesgo.
No se ha dicho nada, pero las grandes empresas del transporte que se hacen llamar sindicatos parece que no van a ser tocadas por la propuesta reforma. Todos sabemos que esos sindicatos son mafias propiedad de millonarios que andan armados hasta los dientes porque están dispuestos a matarse por defender sus beneficios.
Pero como de políticos se trata, hay cosas que quedan ocultas. Ojalá que la valentía de Luis Abinader al pretender reformar la economía y los impuestos del Estado tenga éxito.
La presión a que está sometido el gabinete y el presidente debe ser grande, pero hay que seguir adelante, sólo que los platos rotos debemos pagarlos todos, no sólo los pobres o clase media que son los que más consumen.
Los ricos, los que tienen exenciones y exoneraciones se agachan y desde el gobierno no los ven, esta es la oportunidad de cobrarles algo de lo que acumulan durante los años, y así todos podríamos parecer iguales antes de pagar los impuestos.
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