Anoche estuve leyendo un devocional basado en Proverbios 31: 12: “Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida.”. El devocional hablaba sobre lo poderoso que es ese versículo, ¡y como puede cambiar tu vida!, hacia referencia a mis palabras como esposa, si estas hacia son motivadoras y de edificación, si hacen que mi esposo se sienta seguro cuando está conmigo, o si le dejan saber que estoy con el y no en contra de el.
Hice tanto énfasis en esa parte y me pareció tan importante, porque si algo tienen nuestras palabras es poder, por tus palabras tu esposo se puede alejar o acercar más de ti, y esto es algo con lo que lucho diariamente.
Dios nos manda a pensar antes de actuar ósea a ser prudentes, nos manda a tener auto control y mucho más importante aun nos manda a amar a nuestro prójimo. El devocional también hablaba sobre como podemos llegar a tratar a nuestros esposos como si fueran uno de nuestros hijos, ¡esto me pasa bastante! pero la realidad es que ese no es nuestro rol en nuestro matrimonio, nuestros esposos necesitan una amiga, una compañera y una ayudante, no una segunda madre.
Mientras transcurre nuestro día debemos de ser intencionales con nuestras palabras, que sean palabras que motiven a nuestros esposos a ser mejores hombres, líderes, padres o esposos y no todo lo que pensamos tenemos que decirlo, debemos de ser cuidadosas y traer el bien a nuestros esposos todos los días de nuestras vidas.
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