El consumo de noticias ya no depende de los medios tradicionales. Según el reciente informe Mapping News Creators and Influencers in Social and Video Networks, elaborado por el Reuters Institute for the Study of Journalism, plataformas como YouTube, TikTok e Instagram son hoy el epicentro donde los ciudadanos, especialmente los más jóvenes, buscan información, opinión y entretenimiento.
El estudio, que analizó 24 países, incluidos Argentina, Brasil, México y Colombia, revela un panorama de audiencias cada vez más fragmentadas y ecosistemas informativos dominados por creadores digitales que combinan la política, la sátira y la cultura pop. En este nuevo entorno, los algoritmos determinan la visibilidad y moldean la conversación pública, a menudo desplazando a los medios tradicionales.
El informe revela un paisaje mediático global en plena mutación. Basado en la observación de quiénes captan hoy la atención de las audiencias en redes sociales en 24 países, el estudio muestra hasta qué punto las fuentes de información se han vuelto confusas, dispersas y difíciles de clasificar. En ese territorio híbrido, los políticos y los medios tradicionales compiten con una multitud de creadores que mezclan comentario, investigación, análisis y entretenimiento.

Junto a ellos, los influencers de estilo de vida e infoentretenimiento se ven cada vez más arrastrados a debates políticos y culturales, impulsados tanto por sus propias agendas como por las exigencias de sus audiencias. En este ecosistema gobernado por algoritmos, el resultado es un cóctel vertiginoso: caótico, creativo y atractivo, pero también plagado de información de fiabilidad desigual.
El fenómeno crece con rapidez. El mapeo de más de 40,000 creadores muestra que su influencia varía enormemente entre países. En naciones densamente pobladas, donde los medios enfrentan presiones económicas y las redes sociales dominan, como Tailandia, India, Indonesia, Brasil, Kenia o Estados Unidos, unos pocos individuos concentran audiencias masivas. En cambio, en países con marcas periodísticas consolidadas y menor dependencia de las redes, sobre todo en el norte y oeste de Europa, los casos de creadores influyentes son la excepción.
Pese a la apariencia global de internet, el informe subraya que la mayoría de los creadores opera dentro de fronteras nacionales, limitados por el idioma y por la relevancia cultural. Esa lógica local domina en Europa del Este, gran parte de Asia, América Latina y sectores de África. La gran excepción es el mundo angloparlante, donde el discurso político estadounidense, en especial el de comentaristas conservadores, resuena en audiencias de Australia, Canadá, Sudáfrica y el Reino Unido. Aunque los nombres estadounidenses aún figuran en los listados principales de esos países, su influencia es cada vez más compartida con voces locales que empiezan a ocupar el espacio.
La representación también marca diferencias significativas. Los datos del estudio indican que los hombres dominan ampliamente el terreno: el 85% de los principales creadores son varones, con una concentración notoria en el comentario político. A esto se suma un sesgo ideológico: en la mayoría de los países, los creadores de derecha superan a los de izquierda, y en los contextos más polarizados las audiencias tienden a consumir contenidos alineados con su propia visión del mundo, profundizando la segmentación del debate público.

En cuanto al uso de plataformas, las dinámicas son igualmente claras. X y YouTube concentran a los comentaristas políticos, mientras que Instagram, TikTok y YouTube son el terreno natural de quienes explican o contextualizan las noticias. Esto responde, en buena medida, a la composición generacional: los públicos jóvenes buscan narrativas visuales, ágiles y con un tono más cercano. Sin embargo, las excepciones abundan. En India, Indonesia y América Latina, por ejemplo, Instagram se ha convertido en un espacio clave para el debate político, mientras que Facebook mantiene su relevancia informativa en Filipinas y Tailandia.
Las implicaciones de esta transformación son profundas. El auge de los creadores de noticias, y de los contenidos adyacentes que orbitan entre la información y el entretenimiento, representa una competencia directa para los medios tradicionales, especialmente entre los públicos jóvenes que ya han abandonado los sitios web y las aplicaciones de noticias. Los creadores, más adaptables y atentos a las lógicas de las plataformas, han demostrado mayor capacidad para captar y retener la atención en entornos dominados por algoritmos cambiantes. Además, han respondido a demandas que los grandes medios ignoraron durante años: la búsqueda de autenticidad, afinidad temática y conexión emocional.
En este nuevo ecosistema, donde conviven el comentario, la investigación, la explicación y la especialización, los desafíos para el periodismo tradicional son tan grandes como las oportunidades. Los creadores digitales no solo reescriben las reglas de la influencia mediática, sino que también obligan a repensar cómo se construye y se comparte la información en la era de las plataformas.
Argentina: entre lo televisivo y lo digital
En Argentina, los nombres más mencionados siguen vinculados a las grandes cadenas de televisión: Jonatan Viale (TN), Antonio Laje y Eduardo Feinmann (América 24), Esteban Trebucq y Luis Majul (La Nación+). Aun en la era de las redes, los canales establecidos siguen siendo el trampolín principal para los comentaristas más visibles del país.

El fallecido Jorge Lanata, ícono del periodismo de investigación, representa esa transición entre la herencia mediática y el nuevo consumo digital. Sin cuentas personales en redes, sus programas Lanata sin filtro y Periodismo Para Todoscontinúan circulando con fuerza en YouTube, lo que lo mantuvo entre los cinco nombres más influyentes del estudio.
Pero junto a estas figuras tradicionales emergen voces con otro tono y otro público. El presidente Javier Milei, con más de 10 millones de seguidores combinados en Instagram y X, encabeza la comunicación política directa, prescindiendo de intermediarios. Su discurso y su estilo confrontativo han impulsado a una nueva generación de creadores libertarios como Alejandro Fantino (Neura Media), Mate con Mote y Tipito Enojado, quienes encuentran en YouTube y TikTok el escenario ideal para amplificar su mensaje.
En este ecosistema, Instagram se ha consolidado como el canal más influyente para contenidos políticos, mientras que Facebook sigue siendo la red más utilizada para noticias. Sin embargo, el desequilibrio de género sigue siendo notable: 14 de las 15 figuras más mencionadas son hombres, siendo Yanina Latorre la única mujer destacada, enfocada en el entretenimiento más que en la política.
Colombia: sátira, opinión y periodismo híbrido
En Colombia, los medios tradicionales, como Caracol, RCN, Semana y El Tiempo, conservan peso, pero conviven con una generación de creadores digitales que mezclan el humor, la crítica y el activismo político.

Entre las figuras más seguidas están Walter «Wally» Rodríguez, abogado y youtuber que combina sátira y análisis político desde una perspectiva cercana al gobierno de Gustavo Petro, y Alejo Vergel, otro comentarista pro-Petro con amplia audiencia en YouTube. Junto a ellos, Levy Rincón (Notiparaco) aporta un tono humorístico y combativo, con transmisiones en vivo que apelan al público joven.
Estos creadores, con clara filiación política, han ganado influencia, pero también generan controversia. Su cercanía con instituciones públicas y contratos gubernamentales ha abierto el debate sobre la independencia de los espacios digitales financiados con recursos del Estado.
Entre los periodistas tradicionales, Daniel Coronell y Daniel Samper Ospina siguen destacando, adaptando sus voces a plataformas como YouTube y X. Otros nombres, como Luis Carlos Vélez, Juan Diego Alvira o María Jimena Duzán, reflejan cómo las figuras de los medios tradicionales mantienen presencia en redes mientras el consumo informativo migra hacia lo digital.
Un ecosistema diverso, polarizado y dominado por hombres
El informe de Reuters destaca que el 85% de los principales creadores de noticias en las 24 naciones analizadas son hombres, y que los comentaristas de derecha superan ampliamente a los de izquierda, especialmente en países políticamente polarizados.
Aunque internet es global, el estudio subraya que la mayoría de los creadores operan dentro de marcos nacionales, definidos por idioma y contexto cultural. En América Latina, eso significa comunidades activas, ideológicamente marcadas y en crecimiento, donde los límites entre periodismo, opinión y entretenimiento son cada vez más difusos.





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