Érase una vez en un tiempo lejano, cuando Rafa Rosario miraba el futuro con optimismo y deseos de lograr el sueño dominicano (porque nosotros we have a dream, too), apostado en algún rincón de su Higüey natal.
Y pasaron los años, llegaron los éxitos, y el merengue bomba explotó en el universo musical de la bolita del mundo. Batuta y constitución de la admirable familia Rosario, hoy Rafa #celebralavida, al mejor estilo de un artista que ama la naturaleza y vive el día como si fuera el último.
Descalzo, para sentir el frío de la grama recién regada, Rafa se traslada a alguna finca de su región favorita, allí donde los paparazzis no siguen sus pasos, pero él, ensimismado por la buena vibra del momento, se hace rodear de un admirador que les lleva los cocos, «sazonados» con el buen sabor de un Brugal añejado en las mejores barricas de República Dominicana.
Como un príncipe higüeyano, donde pudiera estar tras bambalinas su inseparable Robin, dígase René Solís, Rafa Rosario mezcla la naturaleza del agua de coco con un buen trago de ron y brinda por la buena salud de Los Rosario, la orquesta entre las orquestas y un merengue de fondo para honrar el ritmo nacional a punta de anécdotas que permanecen en el recuerdo hasta el último día. Porque el swing también tiene su dueño.
Comentarios