Resulta sorpresivo escuchar del mismísimo director general de prisiones decir que como la cárcel de La Victoria es como un barrio cerrado en el que hay que permitir de todo para que allí haya paz.
Eso lo dijo en un programa de radio y para más sorpresa el admitir que en recintos como La Victoria y otras del viejo sistema carcelario se permita el negocio ilícito y todo lo que esto conlleva, no origine reacción ni de la Procuraduría General de la República ni de nadie de la famosa sociedad civil que tanto se preocupa por los problemas políticos del país.
En la cárcel de la Victoria hay circulación y consumo de todo tipo de drogas, prostitución, armas de fuego, teléfonos celulares que sirven para cometer otros crímenes fuera del recinto.
También se venden los espacios, los reclusos tienen diferentes categorías desde “rana” que duermen en el piso, como los privilegiados que pernoctan en grandes habitaciones con aires acondicionados.
El consultorio médico de la Penitenciaria Nacional de La Victoria debe tener nombrados mínimo 20 médicos pero solo deben trabajar uno o dos el máximo.
El recinto carcelario está rodeado de un pueblo que como en la cárcel de Najayo las reclusas salen los domingos a los salones de belleza y los imputados a las galleras cercanas.
Igualmente asisten a los prostíbulos cercanos aquellos que no tienen recursos para que les lleven las mujeres a domicilio.
Ese es el tipo de cárcel que supuestamente justifica el Director General de Prisiones quien ostenta un cargo de alto rango en el ejército nacional.
Como el preso no es gente estas declaraciones del jefe de las prisiones públicas no llamaron la atención a nadie.
Se denunció que los negocios en la Victoria mueven más de diez millones de pesos al mes, y resulta poco.
De ahí vive mucha gente que van desde civiles a militares y policías.
Como esta sociedad sólo puede ver las movidas políticas y el consumismo exterior, así como el apetito por los bienes del Estado, nadie se fija en la triste vida de los reclusos del viejo sistema carcelario manejado con todo el propósito del mundo para que nadie salga vivo de ahí.
Porque como todo en este país, se maneja con dos y hasta tres versiones, existen dos sistemas carcelarios, uno podrido y corrupto como el que justifican en la Dirección General de Prisiones y el otro reciente y más organizada que se maneja con otro criterio.
Así podemos ver tres sistemas de transporte terrestre, dos sistemas educativos, tres sistemas de aplicación de salud pública, y todo lo que usted quiera ver que contribuya a la corrupción y las malas costumbres mientras se fabrican otros sistema que buscan dar paliativos a lo que no sirve para nada.
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