Este 2025 marca un hito histórico para la República Dominicana: el centenario del Poder Judicial, un pilar fundamental en la construcción de nuestra democracia y el garante de los derechos y libertades que hoy damos por sentados. Desde su fundación en 1925, esta institución ha evolucionado junto a la sociedad, enfrentando retos y adaptándose a las exigencias de cada época.
A lo largo de un siglo, el Poder Judicial ha sido testigo y protagonista de transformaciones significativas. Ha pasado de ser una institución con estructuras rudimentarias a un organismo más moderno y tecnológicamente avanzado, con iniciativas como la implementación de sistemas digitales para agilizar los procesos judiciales y aumentar la transparencia. Estos avances han buscado no solo mejorar la eficiencia, sino también fortalecer la confianza ciudadana en la justicia.
Una figura clave en este proceso de transformación ha sido Jorge Subero Isa, expresidente de la Suprema Corte de Justicia, quien lideró importantes reformas en el sistema judicial durante su gestión. Subero Isa expresó en una ocasión: «La justicia no solo debe ser independiente, sino también parecerlo. La confianza del pueblo en el sistema judicial es su mayor fortaleza». Estas palabras reflejan la constante lucha por mantener la imparcialidad y la independencia del Poder Judicial en un entorno a menudo complejo.
El actual presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis Henry Molina, también ha sido una figura destacada en el impulso hacia la modernización. Durante su discurso pronunciado en los actos de celebración del centenario, Molina destacó que «Este Poder Judicial es la columna vertebral de nuestra democracia. Hemos avanzado, pero seguimos trabajando para garantizar una justicia cercana, transparente y eficiente». Sus palabras resonaron en una ceremonia cargada de simbolismo, en la que también se inauguraron nuevas instalaciones judiciales y se presentó una exposición histórica sobre los hitos más relevantes del sistema judicial dominicano.
Los actos de celebración incluyeron también una misa en acción de gracias, una audiencia solemne del Pleno de la Suprema Corte de Justicia y la presentación de las memorias y avances del Poder Judicial de los últimos años. Estas actividades no solo resaltaron el valor histórico de la institución, sino que también reafirmaron el compromiso de seguir avanzando hacia una justicia accesible y confiable.
Sin embargo, este centenario también invita a reflexionar sobre los desafíos actuales. La accesibilidad a la justicia sigue siendo un reto, especialmente para los sectores más vulnerables. Además, la necesidad de un sistema más eficiente y libre de influencias externas es un recordatorio constante de que la justicia debe ser siempre independiente, imparcial y equitativa. Como bien señaló el jurista y filósofo italiano Cesare Beccaria: «Una justicia tardía es una justicia denegada». Estas palabras cobran relevancia cuando analizamos los esfuerzos necesarios para agilizar los procesos judiciales en el país.
El centenario del Poder Judicial es también una oportunidad para rendir homenaje a quienes han dedicado su vida a la defensa de la justicia y los derechos humanos en el país. Figuras como la magistrada Miriam Germán Brito, reconocida por su valentía y compromiso con la transparencia, representan el esfuerzo continuo por fortalecer esta institución.
Mirar hacia los próximos 100 años implica asumir el compromiso de continuar fortaleciendo esta institución clave para la democracia y el desarrollo de la República Dominicana. Esto incluye garantizar una mayor formación para jueces y abogados, fomentar la educación ciudadana sobre derechos y deberes, y asegurar que la justicia sea accesible para todos.
Que este aniversario sea no solo una celebración, sino un llamado a todos los actores sociales a trabajar juntos por un sistema judicial más justo, inclusivo y transparente. Al fin y al cabo, una justicia fortalecida es el cimiento de una sociedad más equitativa y con oportunidades para todos.
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