03/12/2024
Crónicas de Poder

Un retroceso para el desarrollo local

La asignación presupuestaria a las municipalidades para el año 2025 refleja un retroceso preocupante en el fortalecimiento de los gobiernos locales y el desarrollo sostenible de las comunidades. Este año, el presupuesto destinado a las municipalidades representa apenas el 1.76% del Presupuesto General del Estado, una reducción significativa respecto al 2.1% asignado el año anterior. Aunque en términos porcentuales podría parecer una disminución menor, su impacto en la capacidad operativa de los gobiernos locales es profundo y merece una reflexión seria sobre las prioridades nacionales en materia de descentralización y desarrollo territorial.

El papel de los gobiernos locales es esencial para garantizar servicios básicos, promover la participación ciudadana y fomentar el desarrollo sostenible en las comunidades. Las municipalidades son la primera línea de contacto entre los ciudadanos y el Estado, y su capacidad para responder a las necesidades locales depende directamente de los recursos que reciben. Sin embargo, esta reducción presupuestaria pone en peligro la eficacia de los ayuntamientos en áreas críticas como la inversión en infraestructura, el mantenimiento de servicios básicos y el fortalecimiento de la cohesión social.

En primer lugar, la reducción del presupuesto afecta directamente la capacidad de las municipalidades para ejecutar proyectos de inversión en infraestructura. Según la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios, los ayuntamientos deben destinar al menos el 40% de su presupuesto a proyectos de capital. Con menos recursos, la construcción y el mantenimiento de infraestructuras esenciales como aceras, contenes, mercados y otras instalaciones comunitarias se verán limitados. Esto afecta el desarrollo físico de las comunidades y también retrasa el progreso en objetivos más amplios, como la mejora de la conectividad urbana y la creación de entornos más habitables y seguros para los ciudadanos.

Por otro lado, la disminución de recursos también restringe la capacidad de los gobiernos locales para garantizar la calidad de los servicios básicos. La recolección de desechos sólidos, el mantenimiento de parques y espacios públicos, y la provisión de servicios de educación, salud y género dependen en gran medida del presupuesto asignado. La reducción en la asignación presupuestaria compromete la sostenibilidad de estos servicios, generando un impacto negativo en la calidad de vida de las comunidades, especialmente en aquellas más vulnerables que dependen directamente de la gestión municipal.

Presidente Abinader juramenta Gabinete de Descentralización para fortalecer gobiernos locales, 25 de abril de 2023. | FOTO: Presidencia/Yancarlo.

Asimismo, la falta de recursos limita la implementación de mecanismos efectivos de participación ciudadana. En un ámbito en donde la confianza en las instituciones públicas es clave para el fortalecimiento de la democracia, los gobiernos locales juegan un rol fundamental en la construcción de relaciones de confianza con la población. Sin embargo, con un presupuesto más reducido, las iniciativas que fomentan la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones y la planificación comunitaria pueden verse afectadas. Esto, además, no sólo debilita la relación entre las autoridades locales y los ciudadanos, sino que también limita la capacidad de las comunidades para expresar sus necesidades y contribuir al desarrollo de soluciones conjuntas.

Un aspecto importante que también se ve comprometido con esta disminución presupuestaria es el avance hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los gobiernos locales desempeñan un papel crucial en la implementación de los ODS, particularmente en áreas como la creación de comunidades sostenibles, la reducción de desigualdades y la promoción de la inclusión social. Con menos recursos, las municipalidades enfrentan mayores dificultades para implementar políticas y programas que contribuyan al logro de estas metas globales, lo que representa un retroceso en los esfuerzos del país por alinearse con las agendas internacionales de desarrollo.

La decisión de reducir la proporción del presupuesto general destinada a las municipalidades refleja una desconexión preocupante entre las prioridades nacionales y la necesidad de fortalecer la descentralización administrativa. La descentralización no debe ser vista como un gasto, sino como una inversión estratégica para el desarrollo integral de la nación. Cuando los gobiernos locales carecen de los recursos necesarios, se obstaculiza su capacidad para atender las necesidades inmediatas de las comunidades y se pone en peligro la sostenibilidad a largo plazo del desarrollo local.

Es necesario que este tema sea objeto de un debate amplio y constructivo. La reducción en la asignación presupuestaria a las municipalidades debe ser analizada no sólo en términos de cifras, sino también en su impacto real sobre la calidad de vida de los ciudadanos y el progreso de las comunidades. Los actores políticos, la sociedad civil y las organizaciones comunitarias deben trabajar juntos para garantizar que los recursos asignados a los gobiernos locales sean suficientes y estén alineados con las necesidades de la población.

Una posible solución sería revisar las fórmulas de asignación presupuestaria para garantizar una distribución más equitativa y adecuada de los recursos. Además, se podrían implementar incentivos que promuevan una gestión más eficiente de los fondos públicos a nivel local, asegurando que cada peso asignado se traduzca en beneficios tangibles para las comunidades. También es crucial fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión municipal, de modo que los ciudadanos puedan confiar en que los recursos están siendo utilizados de manera eficiente y en su beneficio.

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