El acto se realizó en la Plaza Patriótica levantada en el mismo lugar donde cayó Amadito García Guerrero el 2 de junio de 1961 a dos días de haber participado en el tiranicidio de Rafael Leonidas Trujillo.
Ese día coincidía con el día de su nacimiento, por lo que cumplía 32 años, este joven que lleno de valor que se enfrentó sólo y herido en desigual lucha al grupo de esbirros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) quienes lo ultimaron.
El homenaje fue encabezado por el licenciado Juan Daniel Balcácer, presidente de Efemérides Patrias, en compañía de funcionarios de educación, miembros de la Comisión CPEP y familiares de los héroes en representación de distintas fundaciones patrióticas.
Entre los presentes se destacan Juan Lora Fernández, hijo del coronel Juan María Lora Fernández, Arlette Fernandez, viuda del coronel Rafael Fernández Dominguez, doña Lindín González, y sus hijos Manuel y Huascar Tejeda, Rafael Battle de la Maza, Luichy Estrella Mieses, hijo de Salvador Estrella Sadhalá, Rafael Pérez Modesto, Mayra Báez, Rafael García Romero y Luis de León, entre otros.
El licenciado Juan Daniel Balcácer expresó: «Es deber nuestro venir a esta plaza donde ofrendó su vida valientemente. Nosotros tenemos que cumplir con este deber patriótico porque nosotros no debemos permitir que desaparezca la memoria histórica”.
Balcácer afirmó que hay corrientes que aprovechando las fisuras que se abren en las sociedades tienen intenciones de abrir un partido y de vender las supuestas bondades de la que fue una de las más horripilantes tiranías que dejó innumerables víctimas dominicanas, desaparecidos, asilados, torturados, asesinados…”
Aseguró que Amadito García Guerrero no pensó en la gloria que podía tener en el futuro, con su carrera militar y se unió al conjuro sabiendo que sus posibilidades de sobrevivir eran pocas. Por eso lo recordamos con respeto y admiración”.
Luichy Estrella Mieses, hijo de Salvador Estrella Sadhalá quien además era primo de Amadito habló de los valores humanos del héroe y lo tanto que lo recuerda “era alegre, divertido, juguetón, pero también era valiente y se mantuvo en la conspiración hasta el final”.
Luichy declaró que el 30 de mayo de 1961 lo que hicieron los ajusticiadores no fue solo matar al dictador “el hecho de que se eliminara a Trujillo, eso es secundario… Ese día lo más importante fue que se ajustició el miedo…”.
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