06/08/2025
Cine

«Superman», una predecible comedia de acción

Con secuencias explosivas de última generación; cumpliendo con el patrón del cine de aventura, ficción y de desastre, y procedente de la factoría DC Comics, llegó a las pantallas el pasado nueve de julio, Superman (que sería lógico llamarle “Superman 2025” y así facilitarle las cosas a los más adultos). Esta llega para tomar una parte del pastel de la taquilla mundial, que en medio de la vorágine internacional de los aranceles, desatada por Donald Trump, podría amenazar en cualquier momento la presencia de muchos productos cinematográficos en algunos mercados en conflicto. 

Consciente del nivel de dopamina que el espectador va a buscar a la sala para evadir y excitar la rutina de su sistema neurológico, la producción, escrita y dirigida por James Gunn (San Louis, Missouri, EE. UU., 1966; responsable de Guardianes de la Galaxia 1 y 2 (2014 y 2017)), cumple con el propósito de aportar el tobogán emocional que, aunque predecible de principio a fin, se expone, envuelto en trepidantes peleas físicas y nanotecnológicas; con criaturas fantásticas y grotescas, confrontadas en destrucciones y pirotecnia multicolor. 

Además, se cumple con los infaltables salvamentos, el despiadado poder del villano y sus cómplices; por igual, con el genuino propósito del héroe -de quien ya conocemos cierta vulnerabilidad- que será tergiversado y en un patrón consabido de la narrativa, vivirá un tramo de aislamiento y sufrimiento; y como de costumbre, el elemento romántico, ya histórico, se mantiene, incluso con momentos cúrsales e insufribles entre la pareja protagonista.

Y es que la faceta de vida “normal” de Clark Kent como periodista, causa interés en la audiencia, pendiente de los ribetes que podrían abarcarse con su contraparte femenina (de si ella está consciente de su origen o identidad total o no); enmarcada en una ingenuidad romántica o de lo contrario en un conocimiento pleno que podría ajustarse a la preferencia de los tiempos actuales. Vaya cada quien y descúbralo. 

En su trama, el filme expone a Superman intentando impedir que la nación de Boravia invada el país vecino de Jarhanpur -este último en condiciones precarias de desarrollo- y advierte al presidente boravio, Vasil Ghurkos (Zlatko Buric), que le deje en paz. Esto afecta los contratos de la corporación Luthor, que promueve y se beneficia de la guerra, lo que propiciará el desacreditar el propósito de la presencia de Superman en el planeta Tierra, recurriendo, en pocas palabras, al hackeo de material familiar y al fakenews que afectará su reputación. El héroe es reducido en muchos sentidos y necesitará de aliados para recomponer su verdad y exponer a su enemigo.    

Con escasos cambios temperamentales, el reparto básico en su conjunto nos parece ajustado al requerimiento histórico. Sin embargo, en muchos aspectos se satura de banalidades y necedades, aunque ya el personaje central puede exhibir fluido sanguíneo como muestra del nivel de humanidad que ha alcanzado. 

Para el protagonista se optó por un rostro poco conocido, David Corenswet (Philadelphia, 1993) a pesar de ya contar con 22 créditos anteriores, todavía luce la frescura de un recién llegado.  La Lois Lane interpretada por Rachel Brosnahan (Milwakee, 1990, impulsada por 19 capítulos de House of Cards (2013-15) y el protagónico de la serie La maravillosa Sra. Maisel, (2017-23), con 43 episodios), se muestra en una versión muy acorde al rol femenino del día de hoy: rebelde, desafiante y con iniciativa propia. Ya lejano en nuestro recuerdo ha quedado la imagen de Margot Kidder de 1978.

Por su parte, el villano Lex Luthor, encarnado por Nicholas Hoult es la figura de mayor lucimiento e impacto de este Superman (Hoult está diametralmente opuesto a como lo vimos en dos de los buenos filmes de 2024, en Jurado Num. 2, de Clint Eastwood, y en Nosferatu, de Robert Eggers) En esta ocasión, el joven actor -nativo de Workingham, Inglaterra, 1989- lleva su personaje con impactante alevosía, gracia, carisma y elegancia, en su actitud cínica, despiadada y codiciosa. Es toda una maquinaria manipuladora; tecnológicamente respaldado como el orquestador de un adictivo videojuego, donde lo menos importante es la vida humana ante sus negocios de alta seguridad y la política, y esto, por tanto, lo lleva a la confrontación con ‘El hombre de acero”. 

Y en ese trajín le colaboran al villano una corporación de súbditos, entre ellos los superdotados Ultraman o el Martillo de Boravia (con un aura de misterio desde sus orígenes) y Angela Spica -La Ingeniería- (interpretada por la venezolana María Gabriela de Faría, que ha sido sensación para la región latinoamericana y un estímulo de orgullo para esa nación que la mala política desparramó de manera súbita por el mundo). 

Pero en esencia podemos advertir que esta Superman es sinuosamente una película política, según admite el propio director. La política, especialmente las de Estados Unidos, se expone a lo largo del filme de forma inequívoca, y es fácil percibir los planes de invasión de Boravia como un reflejo de la situación que se desarrolla en Ucrania y otros conflictos.

Por su parte, además de su fiero y diligente perro Kripto, a Superman se le une la «Justice Gang», un equipo compuesto por Mister Terrific (encarnado por Edi Gathegi); además, Guy Gardner -Linterna Verde (Nathan Fillion), y Hawkgirl (La chica Halcón (Isabela Merced); y en un interesante cruce de roles se manifiesta Anthony Carrigan (Rex Mason – Metamorfo) 

A excepción de la rigidez analítica de Mister Terrific, esta pandilla justiciera, equipada con superpoderes diversos, también aporta suficiente humor al relato, sin tomarse en serio ninguna situación por más externa que sea. Otra cuota la aporta el personal de Luthor, en especial Sara Sampaio (como Eve Teschmacher) como la insoportable novia en rol de Barbie estúpida. 

En definitiva, solo es cine de verano para ir a comer palomitas, ver un poco de repetitiva pirotecnia, predecible trama, y aplacar el sofocante calor de la calle. En su segundo fin de semana de estreno, el filme se ubica en la novena casilla de la taquilla mundial con poco más de 406 millones de dólares.

Comentarios