La vida, en un campo o en el otro, está llena de ironías, y con frecuencia algunas de ellas resultan a simple vista incomprensibles. Tal es el caso, por ejemplo, del reciente fracaso de la película “Steve Jobs”, el segundo intento en menos de cinco años.
Por pura casualidad, antes de que el film arribara a los cines en Estados Unidos el pasado 9 de octubre, fue dado a conocer el reporte sobre las 100 Mejores Marcas a nivel mundial, también conocido como Best Global Brands report, por su nombre en inglés.
Allí, y por tercer año consecutivo, aparece la empresa Apple en el primer lugar de dicho listado. Con un valor estimado de más de 170 mil millones de dólares, Apple de la cual, como se sabe, el fallecido Steve Jobs fue cofundador, dejó atrás por mucho a la marca Google, que ocupa el segundo lugar, con una estimación valorada en 120.3 mil millones de dólares.
Este informe sobre las Mejores Marcas Mundiales es realizado cada año por Interbrand, una firma de consultoría y mercadeo de gran influencia en los principales mercados internacionales, que cuenta con una red de 31 oficinas en 27 países.
Así que como puede verse fácilmente, ninguna empresa goza de mayor reconocimiento en el mundo que la marca Apple. Y si esto es cierto, una pregunta entonces surge inevitable, ¿por qué el público que ha hecho de Apple la empresa más valiosa ha dado la espalda, sin embargo, a un film sobre su legendario fundador, Steve Jobs?
Varias lecturas pueden extraerse de esta situación, pero al parecer ninguna tendría que ver con la calidad de la película, puesto que el film obtuvo en general muy buena recepción entre la crítica, algunos incluso considerándola con posibilidades de atraer una que otra nominación al Oscar.
Por supuesto, es obvio y fuera de toda discusión el hecho de que una cosa es Apple y lo que esta representa como empresa, y otra distinta un Steve Jobs recordado a través de sus ideas visionarias e intempestivo temperamento, pero quien lamentablemente ya no está entre nosotros.
Ahora bien, no es para nada ocioso pensar, de todos modos, que quien en su momento de gloria llegó a ser tan admirado y seguido, cual si fuera una estrella de la música o el cine, atraería un poco más de interés de lo que esta película ha generado.
Vistos los resultados de los dos films que hasta la fecha se han hecho sobre el célebre Jobs, tal parece que cuatro años no son suficientes para recapturar la fascinación que una vez despertó el personaje.
Hasta ahora, el hombre con sus virtudes y defectos es lo que prevale en la memoria de la gente, y a ellos, debe concluirse, nada de eso les interesa.
Por lo tanto, es preciso dejar que el tiempo ponga las cosas en otra perspectiva o en su defecto que la leyenda ejerza su influjo y se sobreponga a la condición humana que nos define.
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