Mareo, dolor de pecho o dificultad para respirar son algunos de los males que origina en los seres humanos la humareda venenosa que envía el vertedero de Duquesa principalmente hacia todos los capitaleños aunque de seguro que esa misma situación deben sentir los habitantes de provincias como Monte Plata cercana a la capital dominicana.
Es como una maldad, tanto el solar como el vertedero como tal han tratado de ser sustraídos de forma extraña por personas vinculadas a los poderes políticos y económicos porque resultaría un buen negocio manejar dicho lugar desde la perspectiva privada.
El personaje que logró de forma mágica una supuesta sesión congresional un sábado, un contrato apócrifo del Consejo Estatal del Azúcar y quién sabe cuántos fraudes más ha realizado hasta cayó preso acusado de evasión de impuestos por cientos de millones de pesos.
Es decir el poder político en que él mismo se amparó para hacer deseables negocios con el Estado, se cansó de tantas cosas irregulares en nombre de la democracia y del libre comercio.
Duquesa sin embargo sigue ahí, sin dueño que se sepa, cada alcalde de Santo Domingo Norte promete resolver el caso, Medio Ambiente y Salud Pública sólo están para rechinar mientras la ciudadanía cada cierto tiempo tiene que enfrentar la delicada situación de tener que velar por su salud ante los embates de los venenos que lanza al aire mediante llamaradas de fuego el famoso basurero.
Hoy juntamos este peligro de salud con la pandemia del Covid19, a la que la gente le huye como el diablo a la cruz porque al fin y al cabo nadie quiere morirse en la víspera.
El poco dinero que los ciudadanos tienen para soportar la cuarentena y el toque de cada en busca de sostener alimenticiamente a sus familiares ahora lo tienen que gastar en medicinas ante los problemas de salud que origina Duquesa y sus gestores no se sabe de qué origen.
Porque como negocio tanto público o privado Duquesa es bueno, sólo hay que ver que existen empresas recolectoras de basuras que tienen contratos de por vida con algunos cabildos cuyos motivos sobrepasan el mal servicio que dan.
Sin embargo pesar escombros, basura mojada y todo lo que origine fraude pero que deje pingues ganancias a los beneficiarios de dichos contratos es algo común dentro de las relaciones contractuales que existen no comprobables entre ciertos alcaldes y algunas recolectoras.
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