21/11/2024
Nacionales

Sacerdote renuncia de ser el enlace entre la Iglesia y el Ejecutivo

El sacerdote Manuel Antonio Ruiz, enlace entre el Poder Ejecutivo y la Iglesia Católica, renunció por la observación al Código Penal, acción que calificó como una tremenda presión desde la Presidencia de la República sobre el Congreso Nacional para que no se penalice el aborto en algunos casos.

“Quiero informarle que a partir de la fecha he decidido hacer una pausa en mis funciones en el Palacio Nacional, como Enlace entre el Poder Ejecutivo y la Iglesia Católica”, expresó Ruiz a través de una carta de fecha del 12 de este mes.

Agregó que para tranquilidad de los organismos de seguridad procedió a entregar en Recursos Humanos de la Presidencia de la República el carnet por el que tenía acceso privilegiado a las más importantes áreas de la Casa de Gobierno.

“Hemos caído, ingenuamente, en una trampa. Cualquiera pensaría que aquí el problema es el aborto, esa es una discusión y debate superado por la Constitución de la República”, manifestó el religioso.
El sacerdote se preguntó si tienen más derechos humanos los que tienen sus piernas y sus ojos que los ciegos, paralíticos, autistas y síndrome de Down.

“Todo esto es pleito ajeno, un «Pulso» entre Danilo Medina y Leonel Fernández, tratando de reeditar su batalla en el Comité Central y Comité Político de su partido. Lo que está en juego es la reelección. Los políticos nos tienen acostumbrados a criticar la reelección cuando es otro el que está en el poder, pero cuando se le toma el gusto a la silla presidencial se profanan los Principios”, consideró.

En los párrafos siguientes la carta textual enviada por el sacerdote Manuel Antonio Ruiz al Presidente
Santo Domingo, D.N
12 de diciembre 2014
Licenciado

Danilo Medina Sánchez

Presidente Constitucional de la Rep. Dominicana
Su Despacho

Ciudad.-

Señor Presidente:

Por la presente quiero informarle que a partir de la fecha he decidido hacer una pausa en mis funciones en el Palacio Nacional, como Enlace entre el Poder Ejecutivo y la Iglesia Católica. Para tranquilidad de los organismos de seguridad procedemos a entregar en Recursos Humanos, el carnet por el que tenía acceso privilegiado a las más importantes aéreas del citado Palacio. Mis superiores le comunicarán oportunamente si hay una decisión distinta a la presente.

Hemos caído, ingenuamente, en una trampa. Cualquiera pensaría que aquí el problema es el aborto, esa es una discusión y debate superado por la Constitución de la República. Cuando esta se discutía, se presentaron los mismos actores, mismos argumentos cientos de veces y fueron rechazados por los legisladores. Por tanto el Código penal, es sólo una excusa.

Dado que es un imperativo que toda persona humana tiene derechos, independientemente de la forma, como haya sido concebida, o si viene al mundo con una malformación o si es deseada o no; sobra preguntarse ¿Tienen más derechos humanos los que tienen sus piernas, sus ojos, etc., que los ciegos, paralíticos, autistas, síndrome de Down, etc.?
Se ha dicho que la iglesia quiere imponer sus dogmas en este código y los que así piensan no se han tomado la molestia de investigar qué significan y cuáles son los dogmas de la Iglesia. ¿Dónde obliga este código a creer en la Santísima Trinidad, en la Inmaculada Concepción de la Virgen María o en su Asunción al cielo, entre otros dogmas debidamente definidos por la Iglesia?

De lo que se trata es de Derechos Humanos, no de religión ni de dogmas católicos. ¿Quién nos ha enloquecido haciéndonos creer que tenemos derecho a matar a una persona humana por el hecho de ser fruto de una violación sexual o peor, porque la funesta cultura del «descarte» indique que no tiene derecho a vivir quien posea alguna malformación o discapacidad? Esto no resiste un minuto en el Tribunal Constitucional.

Nos hemos pasado todos estos días batallando con las feministas, organizando vigilias frente al Congreso, marchas y cientos de horas de discusiones en los medios de comunicación social.

Todo esto es pleito ajeno, un «Pulso» entre Danilo Medina y Leonel Fernández, tratando de reeditar su batalla en el Comité Central y Comité Político de su partido. Lo que está en juego es la reelección. Los políticos nos tienen acostumbrados a criticar la reelección cuando es otro el que está en el poder, pero cuando se le toma el gusto a la silla presidencial se profanan los Principios.

Usted sabe presidente, por la experiencia en sus años de diputado, como se observa una ley. Sabe, de sobra, que sus observaciones a la ley del Código Penal son contrarias a la Constitución y por tanto no pueden ser aceptadas sin postular una reforma a la Carta Magna, donde algunos ven oportunidad de tocar el tema de su reelección.

Pierde la democracia, porque desde el Poder Ejecutivo se está ejerciendo una tremenda presión sobre el Poder Legislativo. Muchos diputados, tristemente, se encuentra entre la lealtad a su presidente, el peso de sus principios y el reclamo del pueblo que les eligió y puede pasarles factura.

Cuando estuvimos en la Cámara de Diputados, el jueves pasado, varios diputados pedían que se escuchara el informe de la Comisión de Justicia, la cual fue apoderada de las citadas observaciones, y la Vicepresidenta de la Cámara, Lucia Medina, se opuso y sin que se sometiera a votación ante el Pleno, para desapoderar a la Comisión o escuchar su informe, simplemente dijo que no era necesario y dio paso a los debates iniciando por diputadas que defienden las observaciones al Código Penal.

Todo el mundo sabe que el informe de la Comisión de Justicia, con la firma de todos los miembros recomendó rechazar las observaciones del Ejecutivo. Entonces presidente, ¿vamos a respetar y acoger los informes de las comisiones sólo cuando nos dan la razón?.

Si las observaciones son tan convincentes y no violatorias de la Constitución, mande a dejar libres a los diputados de votar según su conciencia y la democracia dejará de ser un nombre bonito y la separación de poderes una gastada retórica.

Me he quedado sin saber cuál es la ecuación que le ha convencido que es mejor para Usted y el país pelearse con la institución de mayor prestigio del país y asumir la agenda de un grupito de Ong, que como Judas, comen en su mesa, mientras están demandando a la República Dominicana en tribunales internacionales.

Es igualmente triste que se haya tomado como instrumento de esta agenda oculta, la salud de la mujer y rasgarse las vestiduras una y mil veces cuando una madre ve su vida en peligro de muerte por un embarazo que se le ha complicado, y esos mismos actores hacen silencio cómplice, ante un porcentaje más alto de mujeres que dejan morir en emergencias de clínicas privadas porque no tienen seguro médico o no aparece alguien con efectivo suficiente para cubrir el depósito. Las voceras feministas, ni el Colegio Médico, ni la Asociación de Clínicas Privadas dicen nada sobre esta tragedia de las mujeres pobres de este país. Esto sí que es condena de muerte por ser pobre.

Bocinas en su entorno le repiten «Usted tiene la popularidad más grande de la historia» Usted es un presidente valiente», «Usted no es un hombre religioso, somos un Estado laico, que las iglesias se vayan a mandar con sus dogmas a sus templos». Reconsidere su trayectoria de humildad y no olvide que la híper popularidad no es eterna y a veces construir una buena imagen cuesta la vida entera y en un segundo se desploma por una mala actuación.

Como gran estratega, frio, calculador, es posible que tenga Usted los cálculos del costo político de este enfrentamiento con la Iglesia Católica, la Evangélica, con gran parte de su mismo partido político, incluso con aliados a su gobierno, pero se ha puesto a pensar, Presidente, ¿cuál es el costo de HACER LO QUE NUNCA SE HA HECHO: METERSE CON LOS HIJOS PREDILECTOS DE DIOS, los niños/as por nacer, los que tienen una malformación, los hijos queridos de Dios que no se pueden defender.?

Pido, públicamente perdón al Cardenal y a cuantos sacerdotes pude forjarle la imagen de un presidente que yo creía conocer, pero me he equivocado.

Oramos por la Primera Dama, doña Candy, sólo Dios sabe lo que ella ha tenido que sufrir por esta crisis. La salida nuestra del Palacio no la incluye a ella. Puede seguir contando con toda la ayuda de su Iglesia en la maravillosa obra de amor que realiza en beneficio de los niños y niñas con discapacidad. Jesucristo será su cirineo para ayudarle a cargar esta cruz tan pesada.

Con este pleito innecesario, han dividido al país, nos han quitado la paz, nos han metido en una batalla ajena, nos han dañado la Navidad.

Dios tenga misericordia de nosotros.

P. Manuel Antonio Ruiz.

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