La vida de Rosa Margarita Bonetti de Santana ha sido una entrega constante al trabajo. Su dedicación y aporte al sector productivo lo hace desde Propagas, empresa donde desempeña el rol de vicepresidenta. Sin embargo, sus ojos se iluminan cuando se habla de la Fundación Propagas, entidad que preside y desde la cual ha impulsado apreciables aportes al país, teniendo como punto de lanza el cuidado al medio ambiente.
Bonetti de Santana fue una de las mujeres reconocidas en la pasada entrega de la primera edición del Premio Mujeres que Inspiran, por su trayectoria, sus aportes desde la filantropía.
La filántropa considera que el siglo XXI es «donde queda evidenciado el alcance del poder femenino y global en cualquier disciplina, mujeres que como nosotras somos artífices de nuestras vidas, líderes y responsables de nuestros hechos y con trayectorias y logros que dejan huellas», expresó la empresaria en entrevista con La Crónica, quien no se detiene y cree que cada día es una oportunidad para hacer nuevos aportes.
Háblenos de su niñez, ¿cómo recuerda esa etapa de su vida?
Mi niñez fue muy feliz. A lo largo de mi infancia tuve múltiples oportunidades de estar conectada con la naturaleza. Mi papá era muy aficionado a la caza, y siempre nos llevaba con él. Sin embargo, a mí nunca me gustó. A pesar de su afición, él siempre nos decía que los nidos de los pájaros no se podían tocar, así que dentro de su poca cultura ambientalista tenía muy claro sus propios conceptos de la conservación lo que influyó mucho en mi visión de los negocios.
¿Qué elementos influyeron en la formación que recibió de sus padres?
Mi contacto directo con la naturaleza me ha permitido comprobar que no existe nada en la Madre Tierra al azar. Todo en la naturaleza está perfectamente unido por un hilo conductor, un orden que compone el mundo tan diverso y natural que conocemos.
Apreciar cómo la naturaleza crea y adopta múltiples formas de gran belleza nos conecta con ella y también nos coloca en una posición de asombro y humildad respecto al lugar que ocupa la humanidad respecto al resto de la biodiversidad.
Si tuviera que ponerle tres palabras a lo que fueron sus padres, a su ejemplo, ¿cuáles serían?
Honestidad, ética y el amor por la naturaleza. Mis padres me inculcaron valores morales extraordinarios que me han guiado en mi accionar como empresaria a lo largo de mi vida. Aprendí a ser disciplinada y a esperar las gratificaciones. Asimismo, la perseverancia ha sido un factor que me ha acompañado a lo largo de mi vida. He aprendido a anteponerme ante el fracaso y seguir intentándolo.
¿Dónde nació y creció?
Nací y me crié en la República Dominicana. Siento un profundo respeto por mi patria, lo que me ha impulsado a dar lo mejor de mi al servicio de mi país y su inmensa riqueza natural. Mi experiencia y función social dentro de la Fundación Propagas me ha enriquecido como persona y me ha proporcionado tremendas satisfacciones.
Ha sido un verdadero regalo el tener la oportunidad de contribuir todos los días a mejorar la educación y a proteger el medio ambiente, sirviendo de esta forma a mi país. Pero tal vez, lo más importante ha sido la oportunidad de apoyar el desarrollo de otros y aportar a la construcción de capacidades locales.
¿Cómo evalúa el papel de la mujer en el proceso de desarrollo de la sociedad?
En mi quehacer empresarial siempre he creído en el papel activo que tienen las mujeres para alcanzar el desarrollo. En el ámbito social, nosotras las mujeres hemos sentado las bases para promover la inclusión y desde nuestras posiciones implementamos acciones de gran impacto, que sirven de ejemplos, dignos de imitar.
El rol de la mujer en esta sociedad es como el de cualquier ser humano, ser capaz de pensar y discernir: hacer el bien, ayudar a otros y ser un gran aporte para esta sociedad. Por el rol especial que ocupamos como madres, tenemos una conexión única con nuestros hijos, que nos convierten en seres esenciales, primordiales y vitales para la sociedad actual.
¿Cree que aún hay cortapisas para la mujer que quiere competir de acuerdo a sus capacidades en el ámbito laboral y así lograr puestos de liderazgo?
Creo firmemente que cualquier mujer que se proponga alcanzar un puesto de liderazgo puede hacerlo. Las mujeres tienen características únicas que les permiten ejercer desde una posición influyente. Los sesgos inconscientes de género son los grandes obstáculos que enfrenta la mujer en nuestra sociedad.
Debemos romper estereotipos y atrevernos a tomar el cargo, para que nuestra sociedad sea mucho más equitativa y la participación no sea solo de algunas mujeres, sino de todas.
¿Cómo nace la Fundación Propagas?
Por la naturaleza de nuestro negocio, reducir nuestra huella ambiental nunca fue opcional para mí. Estamos llamados a invertir tiempo y recursos para reducir al mínimo nuestra huella. Pero además siempre he tenido la convicción que desde el sector privado no sólo debemos pensar en los impactos de nuestro negocio sino en cómo podemos influir en la agenda nacional, la política pública y cómo podemos contribuir a garantizar el desarrollo sostenible de la República Dominicana. Este compromiso ha implicado muchas veces tener una visión de largo plazo para poder esperar un retorno de la inversión. Las mujeres tenemos una historia valiosa que contar; la mía ha sido trabajar a favor de la educación ambiental, para lo cual hace 15 años constituí la Fundación Propagas, una entidad sin fines de lucro que acompaña el trabajo de responsabilidad social empresarial del Grupo Propagas.
¿Cuándo supo que quería dedicar sus días a defender el medio ambiente?
Nuestra misión surgió hace muchos años cuando visitamos las montañas de la frontera que divide nuestra bella isla, dotada por Dios de vastos recursos naturales. En ese entonces, decidí dedicar mi tiempo y recursos para asegurar que el verde tropical de nuestra vegetación no se confunde con la devastación que veíamos en el territorio de nuestros vecinos. Este fue el primer paso que di para embarcarme en una larga trayectoria de más de tres décadas a favor de nuestro país y la conservación del ambiente.
Sin duda hay avances. Tenemos que creer y confiar en que ahora sí será posible alcanzar metas concretas para el progreso de nuestra gente y nuestra nación. La República Dominicana con relación al medioambiente hace once, doce, e incluso catorce años, era radicalmente distinta a lo que es hoy. En ese entonces en el país no se hablaba de temas ambientales, ni se discutían los efectos del cambio climático, y a penas unas pocas empresas conocen lo que implicaba la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Hoy son muchas las empresas e instituciones que realizan grandes esfuerzos por contribuir a los ODS.
Sin embargo, los desafíos son muchos: un marco regulatorio frágil, instituciones débiles, falta de voluntad política, esfuerzos aislados, falta de transparencia, cultura ciudadana poco desarrollada, entre muchos otros aspectos que dificultan lograr estas metas.
¿Quién le ha inspirado a ser la mujer que es hoy?
La encíclica Laudato sì del Papa Francisco es una inspiración para crear un futuro mejor. ‘Hay que afirmar que existe un verdadero derecho del ambiente por un doble motivo. Primero, porque los seres humanos somos parte del ambiente. Vivimos en comunión con él, porque el mismo ambiente comporta límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar. Cualquier daño al ambiente, por tanto, es un daño a la humanidad’.
La mujer empresaria
Los desafíos que he tenido que enfrentar como empresaria son muchos al estar en un país con un marco regulatorio frágil además de la falta de institucionalidad, de conciencia ciudadana, de sentido del bien común, los niveles educativos que atentan contra el desarrollo de nuestra nación, el cambio de cultura de nuestros colaboradores, entre muchos otros aspectos que dificultan el logro de nuestras metas.
No obstante, nuestro liderazgo como mujeres en el ámbito de los negocios es cada vez mayor. Por ello tenemos una responsabilidad aún más grande de dejar un mundo mejor para las futuras generaciones. En este siglo XXI, podemos confirmar con ejemplos claros que es el siglo donde queda evidenciado el alcance del poder femenino y global en cualquier disciplina, mujeres que como nosotras somos artífices de nuestras vidas, líderes y responsables de nuestros hechos y con trayectorias y logros que dejan huellas.
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