24/11/2024
Nacionales

Roberto Ángel anda en busca de los cuadritos perdidos

Érase una vez, el ex primer niño de la ciudad, Roberto Ángel Salcedo, le temía a los gimnasios tanto como los emprendedores le temen a la Dirección General de Impuestos Internos. Pero eso es cosa del pasado.

Cuentan, que el año pasado mientras escribía el guión de su nueva película, Mi suegra y yo, Roberto Ángel quedó hechizado con una imagen de Henry Cavill, el Clark Kent de El hombre de acero (Superman). En ese instante, en ese preciso momento, el «prota» de la película imaginó esa alucinante escena en la que se le ve saliendo de la playa en bolos y sin camisa.

Dicen, que entre más de las 200,000 personas que han visto Mi suegra y yo, un poquito más de cien mil son mujeres que andan suspirando con los músculos que Roberto Ángel pudo esculpir con unas rígidas sesiones de gimnasio y una dieta rigurosa que lo tiene merendando barritas de proteínas y verduras recién cosechadas de los huertos más cercanos.

La cosa no ha sido fácil. El hombre anda mostrando –con discreción premeditada– unos tríceps envidiables y unos bíceps que van tomando cuerpo a cuenta gota, pero tomando cuerpo al fin.

Las jornadas en el gimnasio se hacen imperante. Un, dos, tres, arriba y las pesas pesan su peso en oro negro, pero cuando se quiere se pueden ganar medidas físicas que dentro de poco el tal Henry Cavill será Supermancito delante de Roberto Ángel. ¿Que no?

El coach, Puro Suárez, sigue intentándolo pacientemente. Adiós a esas sabrosuras gastronómicas, adiós chicarrones lights y hamburguers cargados de calorías que provocan un calorazo estomacal a cualquiera.

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