Así como leen este título, ¿qué son los psicobots? La inteligencia artificial no se queda solo en las áreas en las que ha podido penetrar con fuerza, sino que también el área de la psicología y las terapias a pacientes tienen presencia, y no precisamente para bien. Llegaron los psicobots, esos robots con voz humana que a través de cualquier IA puede «orientar, sugerir y acompañar» a personas que necesitan atención emocional. Pero, ¡cuidado con esto!
¿Quién avala esos consejos y tácticas? ¿Qué evidencia hay detrás de estas terapias? ¿Es eficaz una terapia con IA? Según una publicación de este tema en el periódico español La Vanguardia, el primer ensayo clínico de un bot terapéutico con IA generativa sugiera que es tan eficaz como la terapia humana para personas con depresión, ansiedad o riesgo de desarrollar trastornos alimentarios.
Ahora bien, no es una IA cualquiera. Therabot, que es como se llama, ha sido desarrollada por un equipo de psiquiatras y psicólogos de la facultad de Medicina Geisel del Dartmouth College (Estados Unidos), que, tras varios intentos fallidos de entrenarla con información de internet y transcripciones de sesiones con psicoterapeutas, optaron por alimentarla con datos propios y personalizados de prácticas profesionales basadas en evidencia y así evitar que pueda decir algo incorrecto y causar daño.
Carlos Losada, de la Sociedad Española de Psicología Clínica Anpir, explicó que «es cierto que comienzan a aparecer resultados positivos del uso de las IA en contextos de tratamiento psicológico y que muchas personas lo aceptan bien, pero es un recurso que ha de ser supervisado y que muestra límites con los pacientes de mayor complejidad, como, por ejemplo, los que tienen riesgo de suicidio». Y remarca que hay que separar los resultados de las investigaciones «de las posibles exageraciones y el marketing» de quienes ofrecen estas herramientas. Insiste Losada, no todos los psicobots son iguales, igual que los resultados de la terapia «con inteligencia natural» depende de las circunstancias del paciente y de la pericia del profesional.
Neus Vidal-Barrantes, catedrática de psicología clínica en la Universidad de Autónoma de Barcelona, cree que plantear la IA como alternativa al tratamiento psicológico para trastornos mentales «es un atrevimiento imprudente que tiene una motivación económica». Añade que estas herramientas pueden servir de complemento o apoyo al tratamiento, pero no sustituirlo. «El predictor más potente de la mejora de la persona con problemas de salud mental es la calidad de la alianza terapéutica y el afectado, más que el marco teórico desde el que se hace la intervención o el tipo de terapia, y dudo que eso pueda conseguirse con un robot», afirma la profesional en el artículo publicado por La Vanguardia.
Por su parte, Jordi Albó, director científico de Lighthouse DIG y especialista en IA y robótica afectiva, asegura que la normativa europea de IA ya es muy estricta respeto a las herramientas que, como los psicobots, pueden inferir en las emociones de la persona, de modo que la clave está en que quienes recurran a ellos se cercioren de que están ante una IA que encuentren en internet. «Este tipo de IA está bastante regulada, como si fuera un dispositivo médico de diagnóstico, la cuestión es que deberían estar más supervisadas y auditadas por las agencias de salud o los colegios de psicología».
Lo dicho, mucho cuidado con el uso, o la sustitución de profesionales de la salud mental por robots cuyo contenido debe ser regulado y supervisado.
Comentarios