Tronó el cardenal dominicano. Advierte cierta ambivalencia delas autoridades para enfrentar algunas acciones de grupos haitianos en perjuicio de la política de buena vecindad, que predomina desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente Danilo Medina, durante una cumbre en Cuba, defendió el derecho de las autoridades dominicanas a cumplir con su política migratoria. Su energética posición logró un máximo respaldo popular.
En cambio, el asalto a la delegación consular dominicana en Anse-A-Pitre, que incluye violencia física, no puede ser catalogado como un hecho menor. Rechazamos cualquier tipo de agitación. Sin importar “la sana doctrina”. Debemos defender con gallardía nuestra soberanía y como inspiración basta entonar algunas de las notas de nuestro canto patrio.
No es sano condenar al embajador haitiano en el país. No se hagan los suecos en el Caribe. Todo el mundo sabe que hay agitación mediática. Hay que confiar en el buen tino y el compromiso con la cordura de un reducido grupito de ejecutivos de medios que no se prestarán jamás para provocar un enfrentamiento bélico, innecesario; entre dominicanos y haitianos. Como dijera el senador Pared Pérez la política de buena vecindad amerita “prudencia y cordura”.
El canciller Navarro García ha convocado a una cumbre para los próximos días. Esperamos que el buen tino de ex alumno salesiano y las partituras que escribe el presidente Medina eviten una guerra civil innecesaria.
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