San Juan, Puerto Rico. Ya pasaron los premios Soberano y el Billboard Latino. Ambas ceremonias, una que se celebra en República Dominicana y el otro en Estados Unidos, reconocen varios renglones en el mundo de la música en las categorías Tema del año, Artista del año, entre otros apartados.
Llama poderosamente la atención que varios de nuestros artistas ganan 2 o más estatuillas en la premiación del arte y el espectáculo más importante del país y sus temas suenan en ciudades de Estados Unidos, donde Billboard monitorea temas del renglón tropical y si bien es cierto que la bachata queda bien poscionada, la mayoría de nominaciones las encabezan últimamente Romeo Santos y Prince Royce. Antes, también copaban la lista el desaparecido dúo de bachata Monchy & Alexandra.
Justificar la gran ausencia de cantantes de la bachata tradicional, como Anthony Santos, Zacarías Ferreira, Frank Reyes, Raulín Rodríguez o Joe Veras en los premios internacionales como el Grammy o el Latin Grammy, Tu Música, Billboard, entre otros, es reivindicar el poco interés mostrado por ellos mismos y sus colaboradores cercanos y al mismo tiempo exponen al país a ser poco atractivo para productores y directivos de proyectos artístico de toda índole.
Es preocupante, y al mismo tiempo gratificante, ver en esos premios internacionales las nominaciones donde los protagonistas principales son dos exponenentes de bachata: Romeo Santos y Prince Royce, ver de la forma que compiten es adimrable, con diferentes géneros, artistas y generaciones. Lo preocupante, y los demás bachateros argumentarán que no tienen el apoyo de las casas disqueras o productores como lo tienen estos dos exponentes es cierto, pero casi todos ellos han pasado por el mismo proceso de tener una buena casa disquera aunque no sean multinacionales, y en un momento dado llegaron a promocional discos de éxitos de diferentes bachateros y lo hacen todavía.Es una realidad que no permite la proyección de la gran mayoría de los artistas dominicanos (nuevos y de trayectoria) porque viven un conformismo pleno de tener la ventaja de ser profetas en su tierra, y se conforman con presentarse en aquellas plazas donde nuestros compatriotas disperados por partes del mundo, principalmente Estados Unidos, con Nueva York como ciudad predilecta.
Analizando el mundo del espectáculo en Nueva York se puede decir que la música predomina sobre cualquier otro arte, la cual ejerce un dominio tan grande desde bailes, conciertos, programas directos realizados en República Dominicana, que ningún premio puede darse el lujo de ignorar siempre y cuando se trabaje para que nos tomen en cuenta.
Todos saben que la música es universal y asimismo trabajando bien su carrera pueden internacionalizarse, dado el caso que un artista logra destacarse o pegarse con su música en una ciudad extranjera determinada, sin embargo, éstos no aprovechan esa pegada y no hacen ningún trabajo de promoción que les permita afianzarse en dicho mercado. Incluso, tiene que agotar hasta un proceso de visado como sucede con cualquier otro artista del mundo. Los artistas dominicanos han vivido etapas importantes al lado de exponentes internacionales, sin importar su género o idioma.
Cuando uno de nuestros artistas comienza a penetrar en el gusto de públicos de otras nacionalides, ven eso como el suceso del año, y eso es un grave error, celebrar esos supuestos logros, es algo normal para cualquier artista extranjero, sin embargo, para los dominicanos es un asunto increíble.
Es tan así, que ni siquiera al recurso de las redes sociales, la mayoría de nuestros artistas no ha sabido sacarle provecho.
Cómplices. En el medio artístistico se mantine una bitácora invariable de lo que pasa con el mundo del merengue, vemos artículos, temas, opiniones, velorios y misas a nombre del supuesto difunto que es el merengue. Revisando nuestro mundo del espectáculo a nivel internacional por el poco trabajo que hacen la gran mayoría de la nueva generación, concluimos que estamos «feos para la foto», como dice el refrán. Tendremos que seguir contando con el trabajo de Romeo Santos junto a Prince Royce, dos artistas descendientes de dominicanos que nos representan internacionalmente, con la música del momento: bachata original del país de sus padres.
La ruleta rusa. Es a lo que juegan artistas jóvenes de República Dominicana al momento de tener un potencial que puede llegar mas allá, pero prefieren mantenerse tocando entre Nueva York y su plaza natural. Cuando Wason Brazobán era entrevistado por Luz García dijo que no le preocupaba trascender a nivel internacional, solamente pensé: qué fallo, famosa frase de Rubén Blades en su clásico de la salsa «Chica plástica».
Lo vuelvo a repetir, por kilómetros cuadrados ahora mismo podemos buscar y se hace dificil encontrar un país tan activo a nivel de música y espectáculo como es la República Dominicana.
Está en que los manejadores, productores, compositores, radio, televisión, páginas digitales y cronistas en sentido general, trabajar y hacer un llamado para que juntos se pueda lograr una pegada que trascienda en los premios internacionales donde se puedan lograr nominaciones y galardones para los cantantes de merengue, bachata, salsa o cualquier otro género de los artistas dominicanos.
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