Francia, París. El destacado periodista Carlos Batista Matos presentó la conferencia titulada “ADN Bachata: Una realidad cultural de impacto global”, una interesante y amena retrospectiva sobre el origen y evolución de una de las expresiones culturales criollas de mayor alcance y difusión internacional.
El acto tuvo lugar en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con la coordinación de la Delegación Permanente de República Dominicana ante ese organismo multilateral.
La comisión estuvo integrada, además, por el primer bachatero del mundo, el ilustre José Manuel Calderón, el comunicador Víctor Minaya y Luis Cabrera, connotado director de fotografía y cineasta dominicano residente en los Estados Unidos.
El embajador José Antonio Rodríguez al introducir el acto destacó la importancia de la visita, afirmando que, “esta representación confirma la participación activa y el interés de la comunidad dominicana en el proceso de nominación para que la UNESCO reconozca la Bachata como Patrimonio de la Humanidad”.
El cantautor y diplomático le cedió el podio a Cabrera, quien anunció que actualmente está trabajando en la producción de una película musical, cuyo tema central será la Bachata, la cual pronostica tendrá gran impacto.
De su lado, José Manuel Calderón, considerado “precursor” del popular ritmo musical expresó su satisfacción de visitar la casa de la cultura universal, y agregó que, “la Bachata rompió las barreras sociales y, con su rítmico encanto, cruzó los mares, siendo disfrutada, hoy día, por todas las naciones del mundo”.
De igual modo, Calderón exhortó a la sociedad dominicana en su conjunto, a unirse a los esfuerzos realizados por las organizaciones comunitarias y la clase artística, con el apoyo del Gobierno para lograr el importante objetivo, y que finalmente, “nuestra Bachata también sea reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
Al concluir el acto, los presentes fueron invitados a participar de una muestra de gastronomía dominicana, y el fondo musical estuvo a cargo de la agrupación Vaina Latina, integrada por miembros de la diáspora dominicana residentes en Francia.
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