Puerto Plata. Es la música pop, con aderezos del rock menos añejo, un estilo que ha producido arreglistas, músicos, productores, compositores y cantantes que se agrupan por montones, de los cuales pocos llegan a subir a un escenario dominicano. Peter Cetera es uno de tantísimos artistas que deseábamos tener en escena, gracias a su discografía selecta, sus éxitos inolvidables y su legendaria trayectoria.
A él correspondió el sábado pasado «bautizar» el Anfiteatro de Puerto Plata, un aforo que en poco tiempo se ha convertido en toda una novedad para la ciudadanía de la Novia del Atlántico y para muchos capitalinos y fanáticos de la buena música de la región norte que se mueven hasta allí para sentir y (re)vivir canciones como «Restless Heart», con la que el artista abrió su concierto.
La suya no es música para camaleones. Son melodías que podrían erizar la piel –quizás por la tenue brisa que sopla desde el mar detrás del anfiteatro– y que van alimentando la nostalgia y despertando recuerdos cuando se popularizaron temas como «Baby», «One Good Woman» y «After All». Con esta última de este segmento, el público aplaudió con ganas, y deseó que Peter quedara clavado como una estilla en el escenario, sin posibilidades de irse, esclavo de los aplausos.
La banda de Cetera –líder e integrante fundador de Chicago, la legendaria banda inducida en el 2016 al Salón de la Fama del Rock and Roll– no tuvo un inicio convincente. Su voz apenas se escuchaba y los músicos parecían calentar los dedos. Pero a partir de «Baby», la segunda apuesta de su «run-down», una cosa se acopló con la otra y todo lo otro vino a pedir de boca.
Un puertoplateño, Sandy Gabriel, se había encargado de abrir la noche. La puerta quedó abierta de par en par, tras una carga descargable de este talentosísimo saxofonista que sabe poner sus notas y que en un ramillete de seis canciones puso al público a parir emociones. No pudo ser más certera su selección para tenderle la alfombra al ex integrante de Chicago.
Volvamos a Cetera. Vino gracias al impulso que están recibiendo estas iniciativas por parte del Ministerio de Turismo y la producción artística del visionario empresario Luis Medrano, que ha hecho suyo ese espacio para llevarle al público música de la buena, muchos conciertos incluso donde la gente no tiene que pagar para disfrutar de sus cantantes preferidos.
El artista tiene un repertorio que se extendió por casi dos horas y quienes no habían tenido la oportunidad de asistir al Anfiteatro de Puerto Plata, partieron convencidos que este escenario es una excelente propuesta para traer a figuras como el intérprete de «Apple» y «Glory of Love», otro de los hits más ovacionados de la noche.
Con el ritmo de la noche se combinaron aquellas canciones románticas, como «If you leave me now» o «Hard to say I’m sorry», o un poco más movidas como «No explanation».
A Peter Cetera se le percibió que estaba pasando un momento muy agradable con la que fue su primera actuación en República Dominicana. Tantos años desde su debut, un poco menos desde que dejó Chicago en el 1985 para emprender carrera en solitario. Allí, balbuceó algunas palabras en un español «machucao», que arrancaron la risa de muchos de los asistentes.
La última parte de su concierto estuvo concentrada en «Next time I fall», «Darlin’», «Come save me», «Hard Habit» y «Hard to say I’m sorry». El artista abandonó el escenario y se hizo el coro que lo motivaron a salir nuevamente, y cantar «Happy Man», «Stranger» y «25 Or 6 To 4».
Nada como poder ver en escena a un artista de la estirpe de Peter Cetera. Una gran atracción por estos lares. Allí, en el Anfiteatro de Puerto Plata, es probable que haya vivido lo inolvidable, en su caso. En cuanto a los que tuvieron la oportunidad de verle, salimos convencidos que la buena música no tiene tiempo… atemporal es lo divino.
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