22/11/2024
Cine

«Patriots Day»: Emocionante y conmovedora

Sorprende lo comedida y bien hecha que está, hasta cierto grado, Patriots Day, y sobre todo, sorprende lo emocionante y conmovedor que resulta el relato.

Esto indudablemente habla muy bien del firme pulso narrativo y el buen trabajo en conjunto que consigue el director Peter Berg, en su tercera colaboración con el actor Mark Wahlberg –Deepwater Horizon, Lone Survivor.

Al igual como sucedió con Deepwater Horizon, cuyo guión está inspirado en el desastre ocurrido hace algunos años en una plataforma petrolera en el Golfo de Mexico, y que fue ampliamente cubierto por la prensa; ‘Patriots Day está también basado en un hecho real que recibió aún mayor cobertura que aquél.

Por eso, partiendo de que aquí no hay nada nuevo que contar y de que el espectador sabe de antemano cómo concluye el relato, uno tiene que valorar y reconocer el arrojo y la determinación del director Berg para acometer una empresa bajo semejantes circunstancias.

Aun así, mientras va construyendo el camino, con las vivencias de algunos de los espectadores del maratón o de aquellos que de una u otra forma estarían involucrados en el mismo, la película mantiene un apreciable nivel de tensión.

‘Patriots Day’ es la crónica de los incidentes previos al ataque terrorista del Maratón de Boston en el año 2013, y la consecuente operación de búsqueda y captura desarrollada por el FBI y la policía de la ciudad, de los responsables del abominable hecho.

Uno sabe lo que va a suceder, aunque no así en la magnitud que afectará a unos y a otros. Así que ayudado por una música de corte premonitorio, es difícil no sentir cierta ansiedad y consternación mientras nos vamos acercando a algunos de los caracteres.

Otro aspecto que apuntala la destreza narrativa de Berg, quien también coescribió el guión junto con Matt Cook, es el relacionado con el propio montaje del film. Mister Berg intenta cubrir un amplio espectro, y por consiguiente, se toma muchas libertades, algunas de las cuales funcionan y otras no.

El trabajo final, sin embargo, es encomiable, puesto que no era una tarea fácil mantener la coherencia y efectividad en medio de aquel caos inimaginable. La narración en este sentido resulta fluida, y sobre todo, creíble. Esta parte del film, la que comprende el trabajo investigativo del FBI, es sin dudas la más interesante por su realismo y buen sentido dramático.

El film es narrado, en su mayor parte, desde la perspectiva del sargento Tommy Saunders (Mark Wahlberg), un oficial en castigo por una pelea con otro policía, y a quien como última penitencia por su mal comportamiento se le exige brindar servicios de seguridad en la meta del maratón.

Sin embargo, aquí es donde reside tal vez, el aspecto más discordante de la película, en virtud de que Tommy es un personaje de ficción, y no un policía real, lo cual resiente el avance del film –al parecer Tommy fue la fusión de los roles de dos o tres policías. Es por esta razón que él está presente en todos los momentos importantes de Patriots Day, siempre en el lugar exacto y en el momento justo.

De todas formas, y aunque este es en esencia un tenso thriller de acción en el que se le rinde tributo a las víctimas del maratón, vale la pena mencionar el sentido humano con el que cierra la película al incluir testimonios de las victimas reales, así como la tensa y dramática secuencia en la que se interroga a la viuda de Tamerlan Dzhokhar. Ahora bien, Patriots Day no deja de representar también un reconocimiento al coraje y espíritu de lucha de la ciudad de Boston.

Buen trabajo del sólido elenco de la película –no tanto de Wahlberg, pero si John Goodman, Kevin Bacon, J.K. Simmons e incluso, actores con ‘cameos’ o pequeños papeles (Melissa Benoist, y Khandi Alexander) dan también el grado en sus roles. Pudiera decirse que todo el que aparece en pantalla resulta creíble, y esto por supuesto, es de gran valor puesto que aporta autenticidad y verosimilitud a la producción.

Para los dominicanos, por cierto, será de gran regocijo saber que el famoso e histórico pequeño discurso de David Ortiz, en el que soltó una aplaudida palabrota, queda inmortalizado en la película.

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