Aunque no escapa a la contaminación ambiental a la que estamos expuestos día por día todos los dominicanos, el Parque Mirador del Sur es un espacio emblemático dentro de la capital donde todavía se pueden poner a respirar los pulmones con cierta tranquilidad y alegría.
Este espacio de más de seis kilómetros que abarca un amplio espacio de la zona sur de Santo Domingo fue una idea genial del gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer para ganar terrenos en busca de aglomeración familiar y su entretención.
Para tales fines se envió a Nueva York una delegación de ingenieros y arquitectos encabezados por el arquitecto Cristian Martínez al Parque Central de esa ciudad para ver que se podía hacer en el país. En ese sentido y aunque con menos espacio y servicios se diseñó el parque Mirador del Sur que es ahora mismo uno de los principales pulmones del Distrito Nacional.
Rodeado por un lago de grandes mansi0ones y torres de gran altura el Parque Mirador del Sur es un claro ejemplo de la diversas de clases sociales que componen nuestro hábitat. Esto así porque, aunque por un lado en la avenida Anacaona residente los millonarios y ricos un poco más abajo en los alrededores de la avenida Cayetano Germosén sobreviven los clase media y miles de pobres en casuchas de barriadas que rodean esa atractiva área verde capitalina.

Un total de 250 escalones con los nombres de héroes nacionales forman parte del espacio del parque, además de varias cuevas de origen taíno componen el terreno del Mirador como lo denomina el público. También restaurantes con los más variados platos están al servicio de los visitantes, además de áreas de lagunas y piscinas.
Pistas de patinajes, parques infantiles y otros entretenimientos para niños y adultos. Una gran zona de arboleda es terreno en el Mirador. Un punto en contra de todos los atractivos del lugar es que está rodeado de un gran tránsito vehicular lo que impide respirar con profundidad de salud a sus visitantes.
El Mirador del Sur, junto con el Mirador del Norte y del Este, integra una triada de parques o áreas verdes ecológicas construidas para el deleite y descanso en familia de sus visitantes. Lamentablemente poco a poco esos lugares han ido siendo mutilados para la construcción de obras que nada tienen que ver con sus orígenes dejando a los ciudadanos huérfanos de áreas verdes o parques ecológicos naturales para el ejercicio y el descanso familiar.

El parque Mirador del Sur es uno de los espacios más emblemáticos de Santo Domingo y el primer parque ecológico del país. Fue inaugurado en 1970, se extiende a lo largo de aproximadamente 6 kilómetros por la avenida Mirador del Sur, ofreciendo un oasis natural dentro del entorno urbano.
El parque es ideal para caminar, correr, y practicar deportes como fútbol y béisbol, también cuenta con áreas de picnic y zonas infantiles. Dentro del espacio se encuentran las cuevas del Farallón, de importancia histórica por haber sido habitadas por poblaciones indígenas.
Además, hay una pequeña plaza con heladerías, áreas recreativas para niños y servicios de alquiler de bicicletas. El parque alberga eventos culturales y exposiciones temporales, como la reciente instalación de la escultura Quisqueya la bella, parte de la serie Meninas dominicanas.

El parque es un lugar perfecto para quienes buscan un espacio para ejercitarse, relajarse o disfrutar de actividades al aire libre en contacto con la naturaleza, sin salir de la ciudad. La importancia ecológica de este parque consiste en se conoce como uno de los «pulmones» de Santo Domingo, preserva la flora nativa y ofrece vistas panorámicas del mar Caribe. Cuenta con acantilados de piedra caliza y cuevas utilizadas históricamente por asentamientos taínos.
Este parque con murales, una fuente y cuevas, algunas utilizadas históricamente por indígenas. Una cueva alberga un restaurante y otra hacía las veces de una discoteca. Regularmente es comparado con el Central Park de Nueva York, es elogiado por su vegetación, ambiente familiar y facilidades deportivas. Los visitantes disfrutan de sui rol como centro recreativo y sus vistas al mar Caribe.
Esta es una visita obligada para quienes buscan actividades al aire libre o un retiro tranquilo en Santo Domingo. Es perfecto para hacer ejercicios, salidas familiares o disfrutar de la naturaleza, pero los visitantes deben planificar sus visitas para la mañana temprano o la tarde para una mejor experiencia y verificar el estado de ciertas áreas si planean usar servicios como alquiler de bicicletas o senderos.
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