Hoy cuando pareciera que los valores y la ética se fueron de paseo y sobreabunda lo contrario, es valioso encontrar dominicanos cuyo transcurrir esté marcado por pasos firmes.
El pasado jueves el magistrado Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional, fue investido como doctor honoris causa por la Universidad APEC, acto en el que el rector de esta alta casa de estudios, Franklyn Holguín Haché, aprovechó para dirigirse a los presentes. Definió al presidente del TC como “una verdadera reserva moral de nuestra nación” y aseguró además que “en Ray Guevara se conjugan el talento y la probidad, virtudes que en él han trascendido al ámbito de lo personal para devenir en provecho de nuestro país, para imprimir su huella irrepetible y la búsqueda de un mejor porvenir para las presentes y futuras generaciones de nuestro país”.
Las palabras moral, probidad y legado no siempre van de la mano, sin embargo, tal y como lo planteó Holguín Haché, en el magistrado Guevara tenemos la bendición de encontrar el significado de estas tres palabras juntas.
Debemos hacer el compromiso de promover el legado de hombres y mujeres que como el magistrado Ray Guevara han demostrado en las diferentes facetas que han debido desarrollar, su entereza y capacidad, que junto a su integridad lo hacen parte de un selecto grupo de dominicanos que han trabajado con el único pensamiento de que primero la patria y luego todo lo demás.
El legado de Guevara trasciende al mundo jurídico, académico y político. Fue senador de la República en el período 1998-2002; posición a la que renunció tras ser designado Secretario de Estado de Trabajo en 2000 y hasta el 16 de agosto de 2004.
En el acto levantó su voz como lo ha hecho muchas veces, llamando a todos los dominicanos a defender nuestra soberanía y reiteró el compromiso de que se cumpla el mandato 63-13 de la Constitución, que establece la obligatoriedad de la enseñanza constitucional en todo el sistema educativo nacional, público y privado. Hoy que muchos políticos entienden que “se puede caminar por el fango sin mancharse los pies”, ejemplos tenemos de sobra, pasar balance a la vida pública del magistrado Ray Guevara es saber que sí se pueden hacer las cosas bien, apegados al compromiso colectivo y de la nación y caminar sin caer en el fango con la frente en alto. ¡Felicidades magistrado!
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