El colectivo Santo Domingo en Bici ha levantado la voz para pedir la ampliación de las ciclovías en el Distrito Nacional, bajo la premisa de que la misma no es para los que ya usan ese medio de transporte, sino para motivar a las demás personas a que se movilicen en bicicleta.
Hay que recordar que bajo la nueva gestión de la alcaldesa Carolina Mejía se abrigó la idea que tenía la pasada gestión del Instituto Nacional de Transporte Terrestre (Intrant), de abrir un carril piloto para una ciclorruta.
Este trayecto abarca un tramo de las avenidas Simón Bolívar, Pedro Henríquez Ureña, Dr. Delgado, Abraham Lincoln y César Nicolás Penson, con una longitud de 7.58 kilómetros señalizados para orientar a los conductores de la existencia y preferencia que supone la vía especial.
Desde su puesta en marcha, esta ciclorruta que procura inducir a los ciudadanos dominicanos, muy en especial a los del Distrito Nacional a una movilidad sostenible, ha generado críticas de diferentes sectores.
Los residentes de las zonas aledañas a la ciclorruta se quejan, pero también lo hacen los conductores que usan esas vías diariamente, porque según ellos, el referido carril especial hace más estrecha, –en las calles que impacta– la posibilidad de transitar a los demás vehículos.
Dentro de las bondades que tiene movilizarse en bicicleta hay que señalar beneficios para el medio ambiente, permitiendo una ciudad más limpia y humana y con menos contaminación, por el otro lado están los usuarios, quienes al hacerlo, optimizan su salud agregando bienestar y felicidad.
Es plausible que en República Dominicana estemos trabajando de cara a una nueva cultura de movilidad, pero como sostuvo el ciclista Miguel Alejandro Martínez, “la ciclovía no es para nosotros que ya utilizamos este medio de transporte, sino para aquellos que aún no lo conocen”.
El plan piloto, que ha sido torpedeado por muchos frentes, puede generar grandes oportunidades en la ciudadanía, siempre y cuando se les haga partícipe de esos cambios.
En lo que va de año las muertes por siniestros viales, sobrepasan las 300 víctimas, según el Programa de Reducción de Morbilidad por Accidentes de Tránsito (Premat) del Ministerio de Salud Pública.
Aunque es válida la preocupación de los grupos de ciclistas del país, creo que aún nos falta mucho trecho por recorrer cuando de tránsito, movilidad, peatones y leyes se hable, sobre todo si aún sigue viva la cultura en nuestras calles de “sálvese quien pueda”.
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