El escritor, investigador sobre liderazgo y profesor emérito de la Universidad de Princeton, Fred I. Greenstein, lista las siete cualidades de un gran presidente: comunicación pública, capacidad organizacional, habilidad política, visión, estilo cognitivo e inteligencia emocional. Y sin la última, que viene a continuación, todas las anteriores cualidades se convierten en trizas: la fuerza moral.
El profesor Greenstein basa su afirmación en el estudio de la gestión de todos los presidentes estadounidenses desde Franklin Delano Roosevelt hasta George W. Bush. Se le atribuye al juez de la Corte Suprema Oliver Wendell Holmes haber dicho que Roosevelt tenía «un intelecto de segunda clase, pero un temperamento de primera clase». Más de una investigación ha demostrado que la inteligencia emocional es más importante que la «inteligencia intelectual» (léase un alto IQ).
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