22/11/2024
Cine

Lady Bird: del cine que todos deberíamos aprender

Esta es una comedia dramática juvenil con dos fuertes caracteres y dos o tres más un tanto ambivalentes o tan confundidos y perturbados que tratan de reencontrarse consigo mismos, justo en la intersección donde coinciden la adolescencia y el comienzo de la adultez.

¿Qué significa todo esto? Muy sencillo. Que esta, aunque apela a uno que otros inevitables clichés dentro del subgénero del llamado cine juvenil, no es en realidad la típica película cursi y tonta concebida como entretenimiento vano para adolescentes imberbes.

De hecho, tanto la sinceridad y dureza del guion, aderezado con un amargo sentido del humor; así como las formidables y comprometidas actuaciones de prácticamente todo el que aparece en pantalla, transforma la producción en una película esencialmente para adultos.

Ambientada en Sacramento, California, a principios de los años 2000, (y aquí la ciudad juega un rol importante en la trata), el film narra con un perfil de cine independiente, y basado en algunas experiencias de la debutante directora Greta Gerwig -también escribió el guion- una historia vieja, pero refrescante y, sobre todo, genuinamente interesante.

La actriz Saoirse Ronan personifica con puro magnetismo y fortaleza a Christine McPherson, una joven en su último año de secundaria en una institución de educación católica, a quien todos conocen por el sobrenombre que ella misma se ha impuesto de ‘Lady Bird’.

Ella es despierta, insolente y rebelde, pero no particularmente inteligente. Por ello, aunque aspira a poder asistir a una universidad de la costa este, para así ‘escapar’ de la aburrida y sin futuro vida de su pueblo, no le será tan fácil llegar allí.

Además de las dificultades económicas de su familia –su padre está desempleado y su madre trabaja doble turno– Lady Bird tiene una pésima relación con su madre, con quien está permanentemente envuelta en una discusión.

No es que no haya amor entre ambas, sino que, a las tribulaciones, ansiedad y rebeldía propia de la adolescencia, se agrega también la infelicidad y frustraciones de una madre que solo busca lo mejor para su hija de la manera difícil como la vida le enseñó.

Cautivante actuación de la joven actriz Ronan, y por supuesto, estupendas actuaciones de Laurie Metcalf y Tracy Letts personificando a sus padres, y en especial Laurie como la imponente madre nunca satisfecha.

Por todo lo antes dicho, queda claro que este es un film para minorías. Y en efecto, la textura del film es árida y seca, e incluso en los momentos de alegría y felicidad de algunos personajes, el ambiente se siente pesado, lánguido y carente del entusiasmo y genuino placer que debería acompañar tales circunstancias.

No cabe duda de que la película constituye un impresionante debut como directora de la también actriz Greta Gerwig. Su película impacta y convence con una autenticidad irresistible.

Lady Bird representa una contundente prueba de que aun dentro de la vida ordinaria y la gente común, hay una infinidad de historias que pueden ser contadas de forma interesante y conmovedora.

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