Mientras el equipo gubernamental que monitorea la seguridad ciudadana sigue dando cifras frías sobre el estado de la delincuencia, los matones de las calles siguen haciendo de las suyas sin miedo a resultados judiciales ni policiales.
En las calles podemos ver la modalidad de asaltos habituales desde motores con resultados de homicidios contra gente de trabajo lo que da a entender que la inversión realizada por las autoridades para enfrentar la delincuencia se está traduciendo en nada.
Entiendo que ya los momentos de que cada semana se reúne la ministra de interior y policía con autoridades competentes incluyendo al presidente de la República donde evalúan lo que está pasando en el país, no son necesarios. Lo que manda es que se ponga freno a esta violencia y delincuencia callejea que más bien está desestabilizando el país ya haciendo daño a la imagen del gobierno.
Las pandillas que se forman en los barrios, más los elementos que utilizando puestos gubernamentales se alzan con el santo y la limosna en cuando a los malos manejos también presentan una parte negativa del gobierno. Los datos estadísticos que se anuncian cada semana en cuanto a la supuesta disminución de la delincuencia no están sirviendo para nada. La gente no está creyendo en eso, aún con el trabajo que hace la Policía eliminando delincuentes cosa que veo bien.
La justicia en cierta medida aliada con algunos integrantes del ministerio público de los barrios y las provincias está asestando un duro golpe a la credibilidad de la acción contra la delincuencia. Esta gente haciendo expedientes complacientes unos, Los otros soltando delincuentes bajo alegatos de malas acusaciones sin pruebas, Más el sistema carcelario desprestigiado están llevando este país al desorden total.
En el tiempo que le queda a Luis Abinader en el poder las ejecuciones estatales deben ir más a imponer el orden.
El desorden no es bueno para nadie y el país no aguanta esto, la gente seria desde hace años es víctima de actuaciones indebidas del sistema de justicia y sus acciones. De alguna manera se debe tener un registro del más de millones de motores que anda en las calles sin ningún documento legal. Estos elementos se han adueñado del país bajo los conceptos de motoconcho, deliverys y todo lo que tiene que ver con el irrespeto que les tienen a las autoridades de Intrant y Digeset.
Los motoristas sin control en la vía pública son los principales culpables de la ola de desorden y delincuencia que nos azota.
Si seguimos así estamos jodidos.





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