La causa del pueblo venezolano cuenta con un amplio apoyo del pueblo dominicano, a pesar de la presencia de tres o cuatro maduristas que respaldan al régimen.
Entiendo que quienes pertenecen a partidos de izquierda sin futuro político-electoral adopten esa postura; sin embargo, resulta incomprensible que un partido con vocación de poder se una a esa desazón. Esto no solo es una insensatez política, sino un infantilismo que debería haber sido superado a los 20 años por aquellos que ya peinan canas, escuchando Fusil contra fusil de Silvio Rodríguez. Hoy, la revolución se define por la honestidad, la transparencia, la decencia y la meritocracia, así como por la lucha contra la corrupción. No basta con proclamar «abajo el imperialismo yankee» para ungir a un dictador.
En la actualidad, los pueblos demandan líderes políticos honestos que empatizan con sus anhelos y necesidades, y no que utilicen al pueblo como un instrumento para el disfrute de una cúpula corrupta que se beneficia del sufrimiento de un pueblo empobrecido. Hoy, ya sea de derecha o de izquierda, lo que importa es que prevalezca el estado de derecho, se implementen políticas públicas eficientes y se fortalezcan las instituciones. El líder que se comprometa con esos valores democráticos será valorado por su pueblo en su justa medida, sin importar si es Milei o Mujica.
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