En Vietnam una empresaria inmobiliaria fue condenada a muerte por defraudar por miles de millones de dólares a un banco comercial de esa nación comunista. En Irán a los acusados de robo y otros delitos penales los ahorcan públicamente. En China también a los acusados de corrupción los llevan sin tiempo a la cárcel.
En fin aunque estas naciones tengan regímenes dictatoriales siguen siendo víctimas de la corrupción pero castigan sus delitos con penas muy gravosas.
La corrupción pública o privada es un mal endémico que practican los seres humanos hace mucho tiempo.
No vale el castigo severo los delitos se siguen cometiendo. Sin embargo se deben poner ejemplos y acabar con ese mal que envenena a la humanidad.
En los países pequeños con éste la corrupción administrativa y privada sustrae millones de pesos que pueden ser utilizados para el desarrollo en salud, educación u otros renglones en favor de los ciudadanos.
Recientemente se han aprobado muchas leyes anti corrupción pero ese mal sigue creciente. Ante tal situación se preguntan los ciudadanos corrientes qué que se puede hacer para eliminarla.
La clase política y la empresarial tienen retos por delante para eliminar esas debilidades porque son los más afectados por la falta de credibilidad que genera la práctica pero también resultan beneficiados porque es evidente las riquezas que acumulan unos desde los gobiernos, otros dejando de pagar impuestos y engañando al Estado, así como a los consumidores.
El sistema de justicia ha demostrado ser muy débil para luchar contra la corrupción de tal manera que gente con poder económico y político nunca son castigados, mientras que a los pobres les cae la policía, ministerio público o jueces como caña para el ingenio.
Hasta ahora la población no cree en la lucha contra la corrupción porque no se ven resultados en el castigo, aunque si resultados en los beneficios y la opulencia que presentan los acusados de violar las leyes que en muchos casos llegan cayéndose a pedazos a un puesto públicos y salen con tanto dinero que ni ellos se lo creen.
Ante estos detalles observables a simple vista los gobiernos, algunos tratan de poner freno pero al final nada de nada.
En algunos países llega mesías político que prometen luchar contra el hurto de los dineros públicos pero ellos terminan en la misma situación. Algo se tendrá que hacer, República Dominicana no escapa a estos males y sin las cosas no toman freno terminaremos peor.
Los acusados de corrupción que ampliamente se puede demostrar que desfalcaron las instituciones públicas son acusados y no pasa nada al final.
Ahora la Suprema Corte de Justicia de la mano de su presidente, antes dirigente del Partido de la Liberación Dominicana quiere ocultar datos de cualquier acusado lo que atenta con las leyes de libertad de información.
Eso puede venir exactamente de acusados que han salido a la luz pública que aunque nos resulten condenamos ya están evidenciados.
Ahora ni eso quieren que suceda la gente de poder y están tomando a la Suprema Corte de Justicia como gato entre macuto para lograr sus objetivos. Ojalá esto no suceda y los cómplices de esta maniobra no se multipliquen.
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