Siete meses de una tragedia sin parangón. Contables e irreparables pérdidas humanas, niños huérfanos y víctimas con secuelas imborrables e incurables. Lo peor de todo, obvio son las vidas humanos que ya no están entre nosotros, pero también la negligencia, el descuido y abandono por parte de los propietarios del establecimiento con la situación del techo de la desaparecida discoteca, que por supuesto, conocían.
Largos meses de cinismo y miseria en cuanto al tratamiento a las familias y deudores de fallecidos por parte de los propietarios de lugar. Cero solidaridad, empatía ni asomo de un gramo de consideración hacia tanta gente que sufrió y sufre esa desgracia. Todo lo contrario, Antonio Espaillat, su hermana y familiares se han mostrado esquivos, altaneros y maliciosos con relación a su responsabilidad en la caída y hundimiento del techo de su negocio que aplastó y cegó la vida de 236 personas, mal contadas. Otras sin piernas, o brazos, y docenas de niños huérfanos de un lado o de ambos.
Como muchos saben, Antonio no estaba en el país cuando ocurrió el aciago acontecimiento. Al mes, concedió una «entrevista» complaciente llena de incongruencias y faltando a la verdad, en la que dijo «que sabía que el techo tenía alguna que otra situación pero nunca se hizo nada por repararlo». Él era consciente de que el techo de su negocio estaba atiborrado de grandes tinacos, aire acondicionados y goteras constantes en el interior de la discoteca que días antes de lo sucedido, ya daban muestras de una situación preocupante.
Con el tiempo se supo, según un empleado fiel que tenía años de trabajo allí, que éste le había recomendado a Maribel, administradora del local, detener la fiesta porque las goteras y la caída de algunos plafones eran de mucha molestia. No hicieron caso y hasta se molestaron con él por su sugerencia. El techo claudicó. Lo demás, lo sabemos todo.
Así las cosas, recientemente se dio a conocer la acusación contra los hermanos Espaillat por el colapso del techo del Jet Set y que el juicio, en la corte civil, iniciará en el mes de Enero del próximo año. La orden judicial ¿Habrá justicia con este caso? No lo sabemos.
Tal como dice el documento proveniente de Procuraduría «desde el año 2015 era evidente la negligencia e imprudencia por parte de los hermanos Espaillat a que los arreglos y reformas que se había ejecutado en la discoteca, no fueron realizados cumpliendo el orden y reglamentos establecidos». Los arreglos o remodelaciones a las estructuras de la discoteca se hicieron sin los requerimientos necesarios y poniendo a personas no cualificadas en esos menesteres. Típico nuestro.
Conocemos cómo se mueven los hilos judiciales en este país, y más cuando se trata de un señor de los medios, tan conectado con gobiernos pasados y presente , socio por demás, de otros poderosos grupos económicos. Él, como era de esperarse, tiene a costosísimos abogados contratados para su defensa a precio de oro.
En ese sentido, otros también que han guardado silencio a cambio de seguir cobrando sus sueldos, son los adulones empleados que Antonio Espaillat tienen en todas sus emisoras radiales. Esos «profesionales» vendidos que achacaron y elucubraron todas las conspiraciones posibles para nunca decir lo que todos sabíamos: negligencia por parte de los propietarios del lugar. Una tragedia que pudo evitarse. Sinvergüenzas miserables.
La sociedad exige justicia.



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