Jarabacoa junto a Constanza son dos municipios de la provincia de La Vega que componen la parte montañosa de una zona boscosa rica en agricultura ríos, vegetación y praderas llenas de agricultura para nutrir el gran consumo de los dominicanos por las leguminosas. En el caso del primer municipio, este compite en visitas de turistas con el segundo.
Hay que decir que primero fue Constanza que se desarrolló en el área turística de inversiones en cabañas privadas para los más ricos de cualquier gobierno de la sociedad. Sin embargo, ya esto se ha popularizado en Jarabacoa está a la par con Constanza para fines de lugares de estancias vacacionales para fines de disfrute y aventuras.
Jarabacoa captura de un solo viajes belleza natural, cascadas, paisajes montañosos y vegetación exuberante. Es realmente ese municipio uno de los primeros destinos vacacionales de la República Dominicana en cuanto a turismo de montaña se trata. Esta población se constituye en tierra encantadora de la provincia de La Vega, situado en la Cordillera Central a una altitud aproximada de 525 metros sobre el nivel de mar.

Su nombre provincia del taíno y puede traducirse como «tierra de muchas aguas» o lugar de muchas aguas, reflejando su riqueza hídrica. Su clima es templado durante todo el año, con temperaturas promedio anual de 22 grados centígrados, de ahí su apodo de ciudad de la eterna primavera. Esto la convierte en un refugio perfecto frente al calor y la humedad costera.
Sin embargo y con el paso de los años este municipio montañoso, así como otros, no escapa Constanza han sido víctimas de la depredación del hombre tanto para desarrollar la agricultura, así como para el desarrollo turístico. En el mismo centro de la cordillera Central se han desarrollado proyectos habitacionales que destruyen el medio ambiente. Bajo el concepto de los aportes al crecimiento económico y turístico también se han destruido miles de hectáreas de tierras dedicadas a la agricultura y vegetación de capa verde.
Ya el propio pueblo de Jarabacoa es un punto turístico internacional debido a que la instalación de promociones de servicios turísticos ha servido para eso. Los principales atractivos de Jarabacoa son, cascadas como la de Jimenoa, la más famosa, salto de Baiguate, la primavera es accesible mediante una caminata guiada por puentes colgantes, y Baiguate que cuenta con aguas claras ideales para nadar.

El rafting en el río Yaque del Norte ofrece una experiencia interesante en aguas bravas la mejor en toda la región del Caribe. Para los más audaces hay excursiones que se hacen descendiendo por cuerdas dando un estilo de aventura al paseo. Las cabañas públicas y privadas, así como los diseños pintorescos de las residencias hacen del habitad de Jarabacoa uno de los más bellos de la isla.
Ciertamente el turismo criollo y extranjero se ha adueñado de este municipio rico en legumbres y agricultura por sus paisajes pintorescos y atractivos. El senderismo, cabalgatas a caballos hacia el Pico Duarte son uno de los principales atractivos de visitar la zona. Anualmente cientos de personas visitan la ciudad para disfrutar de sus ferias de las flores y otros eventos propios del municipio.
Existen en Jarabacoa, el Monasterio de Santa María del Evangelio a unos seis kilómetros del pueblo, este centro religioso ofrece hospedaje monástico, panadería artesanal y retiro espiritual. En cuento a cultura y artesanía puedes visitar fincas como Monte Alto, donde podrás aprender sobre el cultivo, procesamiento y deguste del café local.

El centro de Jarabacoa ofrece parques, mercados, restaurantes donde degustar platos tradicionales como la bandera, sancocho, y otros alimentos criollos de gran consumo. En esta pintoresca población usted puede conseguir como alojamientos casas de huéspedes, hoteles con piscinas, villas, así como alojamientos sostenibles en áreas naturales.
Jarabacoa consta de ríos, cascadas, bosques y montañas para disfrutar al cien por ciento de unas buenas vacaciones. Hay que decir que las autoridades de turismo han invertido poca cosa en el desarrollo de esas áreas al contrario obstaculizan la inversión privada turística en la zona.
De todos modos, acceder a Jarabacoa por su carretera principales es toda una aventura por las atractivas vistas que ofrece el panorama tomando en cuenta también lo peligroso que debe ser porque regularmente hay derrumbes cuando ocurren lluvias.
Historia del municipio
Según las reseñas históricas a la llegada de los españoles, encontraron ya formado el poblado taino Jarabacoa, que significa “lugar de muchas aguas”, recibiendo su nombre debido a las proximidades de los ríos Yaque del Norte, Jimenoa, Baiguate y Guanajuma, entre otros.
El primer proceso migratorio se presentó en la época de conquista, cuando los españoles llegaron a la zona en búsqueda de oro y plata, pero en sus exploraciones de nuevo nichos, abandonan el lugar.

Posteriormente a inicios del siglo XIX se presentan nuevas migraciones, producto de las primeras invasiones de las tropas dirigidas por Toussaint Louverture. Para la misma época, debido al incendio y destrucción de La Vega, iniciado por Juan Dessalines en abril de 1805, sus habitantes emigran hacia otras ciudades vecinas y hacia las montañas, llegando un considerable número de ellos a Jarabacoa.
En 1854, Jarabacoa es erigido puesto militar en virtud de su posición estratégica en la comunicación entre el Cibao y el Sur. Para la fecha la población de Jarabacoa es estimada en 2000 habitantes y producto de la ocupación haitiana (1822-1844) muchos de sus hombres se destacaron como soldados brillantes de la gesta de Independencia. En 1858 Jarabacoa es elevada a la categoría de Común, mediante decreto promulgado por el presidente Pedro Santana.
Para el año 1900 la República Dominicana era la potencia maderera más importante del continente americano y principal abastecedor de maderas nobles para Europa y Estados Unidos, siendo los recursos forestales el principal soporte de la economía nacional. Para desarrollar esta actividad, se introduce al país la máquina de vapor (1918), iniciándose la instalación de aserraderos en el corazón del Valle del Cibao y las estribaciones del pie de monte de la Cordillera Central para la explotación comercial del pino criollo (Pinus occidentalis) en bosques que permanecían intactos hasta la fecha. Esta situación produjo el establecimiento de aproximadamente 30 aserraderos en Jarabacoa, algunos de grandes empresas madereras y otros locales.
En 1959 fue asentada por Leónidas Trujillo una colonia japonesa conformada por 100 familias. Esta colonia se dedicó a la agricultura introduciendo nuevas técnicas y maquinaria en el oficio, que favorecieron a agricultores y dinamizaron la economía de Jarabacoa con el cultivo y venta de arroz y verduras, las cuales eran suministradas localmente, en La Vega, Santiago y Santo Domingo.
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