El marketplace del siglo 21. Sin locales comerciales, ni pago de renta, ni de conserjes, Instagram ha llevado el delivery a otro nivel. Cientos de negocios exitosos han elegido como canal de promoción y distribución esta red donde todos vivimos felices y comiendo perdices.
IG es un espacio ideal para iniciar un negocio con bajo riesgo, probando prototipos, productos mínimos viables o pilotos, sin invertir poco más que algo de nuestro tiempo antes de decidir si nos lanzamos de cabeza en un nuevo proyecto.
Es IG la herramienta de investigación de mercado de estos tiempos, el estudio de factibilidad por excelencia, el laboratorio de ideas que ha catapultado a cientos de emprendedores, innovadores e “influencers” a la abundancia.
La red feliz se ha transformado en la red de negocios, el lugar donde todo se compra y se vende. Donde todo el mundo quiere estar. No es cruel como Twitter, ni aburrida como LinkedIn, ni un sancocho como Facebook.
¡Bienvenido a la meca de los influencers! ¡Bienvenida al mercado de las influencias! Donde encontrarás productos y servicios y marcas personales. “¡El producto soy yo!”
En ninguna otra red, la monetización de la marca personal es tan evidente y frecuente como en Instagram, por lo que bien merece la pena compartir algunos consejos para quienes decidan lanzarse a la carrera de influencer.
El primero, pon un ojo en esas marcas con las que quieres sintonizar (modas, viajes, gastronomía, etc.) y pon el otro ojo en esas marcas asociadas con ese estilo de vida (vinos, whisky, tarjetas de crédito, etc.). Ten en cuenta que una marca lo que busca es un vocero que sintonice con sus valores y el estilo de vida que promueve.
A las marcas les interesan más quiénes te siguen que cuántos te siguen. No es cuánta gente te ve, es cuánta gente interactúa contigo. No es que comenten, es qué comentan. El famoso engagement.
El quid del asunto es la audiencia de calidad para las marcas que quieres conquistar y esta es la que va a determinar tu éxito y tu cotización en el mercado.
Si el producto eres tú, es innegociable que tus clientes consientan tu libertad en la elaboración del contenido que auspician, pues, al fin y al cabo, eres tú quien conoces mejor a tu seguidores. Pero, ojo, que también son las marcas quienes mejor conocen a sus clientes. Lo ideal es que el contenido sea consentido.
Como audiencia, yo, personalmente, valoro la transparencia. Si el instagramer agregara una notita que dijera “Contenido patrocinado” en sus posts pagados, esto no le restará ninguna credibilidad ante mis ojos, sino todo lo contrario.
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