09/07/2025
Arte & Cultura

Henry Mercedes: «No existe una sola manera de hacer cultura, la diversidad es riqueza»

Cuando habla, Henry Mercedes demuestra un conocimiento profundo del aparato cultural, como si tuviera toda una vida al frente de la Dirección General de Mecenazgo, institución de la que ha sido su primer y único director, pero con apenas dos años y unos meses en el cargo. Pero es que la cultura no le es ajena: es un hombre curtido en las artes y que ha tenido que entenderse con los suyos –desde el otro lado de la acera– para poder satisfacer necesidades económicas a favor de proyectos financiados con dinero del Fondo Solidario de Apoyo a la Cultura (FOSAC).

En esta entrevista con La Crónica, abordamos con Henry su experiencia en el cargo, los resultados que empiezan a conocerse de los proyectos financiados por la dirección y las expectativas de la modificación de la ley aprobada en el 2019, pero que no ha podido ser implementada debido a «errores técnicos» que deberán ser replanteados en una inminente modificación por parte del Congreso Nacional.

¿Cuáles han sido los principales retos desde que asumió la dirección de Mecenazgo?
Ser designado por el presidente Luis Abinader en la Dirección General de Mecenazgo significó enfrentar una realidad institucional que, aunque fue creada mediante ley en 2019, aún estaba en proceso de articulación operativa. Uno de los principales retos ha sido precisamente darle vida a una estructura que, si bien existía en el papel, en la práctica no. Implementar los reglamentos, activar los mecanismos del FOSAC, organizar las convocatorias de proyectos con el Consejo de Mecenazgo y establecer los procesos internos nos exigió trabajar a contrarreloj, pero con un profundo compromiso de servicio público.

En el centro (al fondo), Henry Mercedes, director de Mecenazgo, en una reunión de trabajo.

¿Qué obstáculos administrativos o burocráticos han dificultado la implementación efectiva de los proyectos culturales impulsados por los gestores independientes?
La burocracia del Estado no está diseñada necesariamente para la agilidad que requieren los procesos creativos y culturales. Muchos creadores, artistas y gestores se enfrentan a trámites complejos, exigencias documentales retadores o retrasos en los desembolsos. Desde Mecenazgo hemos trabajado para acompañarlos, crear guías claras, capacitar en la gestión de fondos públicos y agilizar los procesos administrativos dentro del marco legal.

¿Cómo ha sido el proceso de adaptación al nuevo marco legal y reglamentario de Mecenazgo en esta etapa que se discute la modificación de la ley que sustenta la dirección?
Ha sido un proceso de aprendizaje constante. Estamos implementando la ley 340-19, pero también evaluando sus límites y oportunidades. La experiencia en el terreno nos ha mostrado qué aspectos requieren actualización para fortalecer la transparencia, la inclusión y el alcance del sistema. Por eso apoyamos la discusión de una modificación que refleje las realidades actuales del sector cultural.

El ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, como presidente del Consejo de Mecenazgo, lidera una mesa de trabajo compuesta por gestores culturales, legisladores, empresarios, funcionarios de diferentes sectores de gobierno y especialistas que estamos trabajando para definir las mejoras que deben incorporarse al marco normativo y poner en pleno funcionamiento este mecanismo de financiamiento cultural.

¿Qué aprendizajes ha dejado la gestión de fondos públicos en un sector tan diverso como el cultural?
Que no existe una sola manera de hacer cultura. Que la diversidad es riqueza, pero también implica desafíos en términos de equidad y pertinencia. Hemos aprendido a escuchar, a adaptar los instrumentos de evaluación y a confiar en los propios actores culturales. Gestionar fondos públicos en este sector exige sensibilidad, rigor y mucha pedagogía institucional.

¿Ha sentido resistencia por parte de algún sector, ya sea público o privado, en la consolidación del sistema de mecenazgo?
Sí, como en todo proceso de transformación. Algunos sectores privados aún desconocen los potenciales beneficios fiscales del sistema o no confían en los proyectos culturales como inversión social. Del lado público, todavía falta integración institucional plena. Pero la resistencia ha disminuido a medida que los resultados se hacen visibles.

El Fondo Solidario de Apoyo a la Cultura (FOSAC) ya ha financiado sus primeros proyectos. ¿Cuáles destacaría como los más emblemáticos hasta ahora?
Cada proyecto ha transformado positivamente a su comunidad y tiene un valor significativo, podría mencionar iniciativas como Impacto Cultural Capotillo 42, que combinó la formación de diseño de cómic, manejo de redes y música con niños y adolescentes; el Festival Internacional del Teatro Cúcara Mácara, con la participación grupos nacionales e internacionales; Melodías del Futuro fortaleció, formó y dotó de instrumentos musicales a los estudiantes de la Escuela de Música de San José de Los Llanos; la publicación de los libros sobre el merengue, la historia de la danza y una novela histórica; el fortalecimiento del Museo de las Tradiciones Folclóricas de Miches y otras decenas de iniciativas de igual transcendencia nos muestran cómo  el gasto inteligente y de calidad impacta en las comunidades.

¿Qué criterios se han utilizado para seleccionar los proyectos beneficiados por el FOSAC?
Los criterios son públicos y están establecidos en la convocatoria: impacto social, pertinencia cultural, sostenibilidad, experiencia del equipo, equidad territorial y diversidad temática. Además, el Consejo de Mecenazgo vela porque haya representación y transparencia en el proceso de selección.

¿Cómo evalúa el impacto que han tenido estos proyectos en las comunidades a las que han llegado?
El impacto ha sido notable. Hemos visto comunidades activarse, jóvenes encontrarse con nuevas formas de expresión, públicos no tradicionales acercarse al arte. La cultura tiene un poder transformador real, y estos primeros proyectos lo han confirmado. Además del fortalecimiento en gestión de cada uno de los equipos responsables de desarrollar los proyectos.

¿Se han documentado resultados medibles o indicadores de éxito de estos proyectos?
Sí. Hemos desarrollado el Sistema Integral de Gestión de Proyectos Culturales. Cada proyecto tiene la obligación de entregar informes narrativos y financieros. Además, desde Mecenazgo hemos implementado una metodología de evaluación que contempla indicadores como asistencia, diversidad de públicos, participación comunitaria y continuidad de las acciones. Esta documentación es clave para futuras mejoras.

¿Qué lecciones ha dejado la ejecución de estos primeros proyectos que podrían aplicarse a futuras convocatorias?
Primero, la necesidad de mayor capacitación en gestión cultural y rendición de cuentas. Segundo, que debemos seguir simplificando los procesos sin sacrificar la transparencia. Y tercero, que la descentralización debe ser una prioridad: hay mucho talento fuera de la capital que necesita oportunidades reales.

¿Cuáles son los planes inmediatos de la Dirección de Mecenazgo para fortalecer la participación de gestores culturales a nivel nacional?
Vamos a lanzar una campaña de orientación nacional, con talleres, foros y acompañamientos técnicos en cada región del país. También estamos trabajando en alianzas con centros culturales, universidades y gobiernos locales para articular redes de apoyo al sistema de mecenazgo en el territorio.

¿Cómo se está promoviendo el acceso al mecenazgo para creadores de zonas rurales o de menor visibilidad?
A través de tres vías: presencia territorial mediante actividades de formación, convocatoria pública con criterios de equidad geográfica, y acompañamiento directo en la formulación de propuestas. Queremos que el mecenazgo no sea una herramienta exclusiva, sino un puente inclusivo.

¿Qué tipo de alianzas público-privadas están impulsando para ampliar la base de financiamiento cultural?
Desde el Consejo de Mecenazgo, el Ministerio de Cultura y la Dirección General de Mecenazgo se ha creado un espacio de diálogo con los diferentes actores del ecosistema cultural con el involucramiento activo del sector privado, la cooperación internacional y el Estado en sus diferentes niveles para garantizar recursos en pro de trabajar en la sostenibilidad de la cultura.

Henry Mercedes participa en un conservatorio en el que se trató el tema de la modificación a la Ley de Mecenazgo.

¿Se está considerando una actualización o ampliación de las líneas temáticas elegibles para recibir fondos?
Sí, absolutamente. Ya estamos revisando nuevas líneas como tecnología y cultura, patrimonio inmaterial, industrias creativas, eco cultura y memoria digital. La cultura está viva y el sistema de mecenazgo debe evolucionar con ella.

¿Qué mensaje les enviaría a los gestores culturales que aún no confían en el proceso de mecenazgo o no han participado en las convocatorias?
Les diría que este sistema es de ustedes y para ustedes. Que comprendemos las dudas, pero estamos aquí para demostrar con hechos que el mecenazgo puede ser una herramienta justa, transparente y poderosa para el desarrollo cultural. Les invito a acercarse, a preguntar, a participar.

¿Para qué fecha se espera la segunda convocatoria este año?
Una vez incorporado y decretado las mejoras pertinentes en la ley 340-19 el Consejo de Mecenazgo realizará la convocatoria para proyectos culturales, estimamos que para el tercer trimestre de este año 2025 tendremos esa noticia. De igual forma podremos poner en marcha los 100 proyectos que ya fueron certificados por el CONME, sumando los nuevos que resulten de ese proceso.

Artículo escrito por Maximo Jimenez

Periodista, crítico de cine. Ex presidente de la Asociación de Cronistas de Arte (2011-2013), autor del libro «La gran Aventura de la bachata urbana» (2018).

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