En su décima edición, el Festival Musical de Santo Domingo 2015 dio inicio con el pie derecho. Santo Domingo, o por lo menos quienes asistieron al primer concierto, fueron testigos de que la música clásica sigue latente en estos tiempos.
El concierto inició con la obertura «Fantasía en Si menor «Romeo y Julieta» del gran maestro Tchaikovsky, interpretada por la Orquesta del Festival, bajo la dirección del excepcional maestro Ramón Tebar.
«Romeo y Julieta» es una obra que posibilita un encuentro entre la música y el teatro, mostrando la gran tragedia del clásico de Shakespeare y el sufrimiento personal del compositor.
Luego la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito se llena de emoción y euforia al escuchar la gran obra de Sibelius, «Concierto en Re menor, Opus 47» para violín y orquesta, interpretada por el violinista siberiano Vadim Repin.
Repin ha interpretado junto a importantes orquestas y directores alrededor del mundo. Vadim ha grabado los cociertos para violín Prokofiev, Tchaikovsky y Beethoven.
De último, pero no menos importante, la orquesta interpretó la Sinfonía No. 5 en Si bemol mayor, Opus 100 de Sergei Prokofiev para cerrar la noche con broche de oro. Y así, el festival inició por todo lo alto.
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