La denominada “tarjeta la doble” que promete el partido de oposición propiciaría la politización de los programas sociales quitándole rigurosidad científica al proceso de selección de los beneficiarios, lo que representaría un atraso para la protección social en República Dominicana.
El equipo político de la candidata vicepresidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Margarita Cedeño, explicó que la propuesta de implementación de la denominada tarjeta está basada en cuestionables fundamentos que, más que mejorar los programas sociales pondrían en peligro los logros alcanzados en la lucha contra la pobreza en los últimos 15 años a través de los programas sociales.
“El país podría perder los logros alcanzados en los últimos quince años en materia de erradicación de la pobreza si el Partido Revolucionario Moderno (PRM) alcanzara el poder, debido a su desconocimiento total de las políticas públicas y los planes sociales que se ejecutan en el país”, indicó Matilde Chávez, del equipo político de Margarita Cedeño, al referirse a la presentación de la propuesta por parte del equipo económico del partido opositor.
Dijo que la denominada “tarjeta la doble”, que consta de 14 preguntas para escoger a los supuestos beneficiarios de dicho beneficio, dista mucho del sistema científico de evaluación compuesto de 89 interrogantes que contiene el cuestionario que aplica actualmente el Siuben, para determinar los niveles de pobreza.
Sin embargo, al analizar las 14 preguntas presentadas por el equipo económico del partido opositor, con las que supuestamente escogerían a los beneficiarios de la llamada “tarjeta la doble”, se encontraron grandes incongruencias y contradicciones en su formulación.
Entre las preguntas, la referente al ingreso promedio del hogar se realiza de manera incorrecta debido a que esta es autodeclarada (sin verificación de datos), por lo que se podría omitir información en los datos recolectados. El instrumento correcto para hacer una medición de ingresos es mediante la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) que se utiliza para hacer una aproximación de ingresos de los hogares.
Le siguen tres preguntas relativas al piso, pared y techo de la casa, donde la manera correcta de recolección de datos es por observación. Estas son las preguntas, donde se debe verificar presencialmente los materiales de construcción del hogar en cuestión.
Finalmente hay dos preguntas que son de naturaleza subjetiva y de autodeclaración que carecen de rigurosidad estadística. Una de ellas es: “¿Cuál programa de la tarjeta Solidaridad le gustaría recibir?”, en cuyo caso, los jefes de hogar entenderían que deberían recibir todos los subsidios; y la otra es: “¿Considera que la tarjeta ayuda al sustento del hogar?”. “Esta pregunta es muy subjetiva y evidentemente las personas entrevistadas responderán afirmativamente a la misma, lo que nos lleva a cuestionar cuál es el sentido de esta pregunta”, puntualizó Chávez.
Chávez llamó a los participantes del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli) y otros sectores vulnerables del país a no dejarse confundir con falsas promesas.
Según se reveló en un conversatorio virtual organizado por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), la propuesta opositora planteó una serie de preguntas que por sus limitaciones no permite construir un modelo estadístico robusto para dicha selección, ni tiene en cuenta la construcción de un índice metódico y minucioso que determine realmente cuáles hogares deben recibir los subsidios sociales.
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