Durante todo el siglo 18 y parte del 19 la producción de tabaco criollo formó parte integral de nuestra economía. El tabaco junto con el cacao fueron los principales productos agrícolas de exportación dominicanos.
El tiempo fue pasado y otros renglones sustituyeron al tabaco y el cacao como principales valedores de divisas, siendo la minería y el turismo los servicios que se prefirió promover para producir dólares.
Sin embargo y con el tiempo, el tabaco volvió a tomar su valor en el mercado local tanto que, para la exportación, pero ahora como producto terminado coloca la imagen de la República Dominicana como imagen nacional por sus marcas colocadas en varias partes del mundo.
Es que tabaco terminado tiene sus nombres registrados en Inglaterra, Estados Unidos y otras varias naciones de Europa cuyos consumidores ven las marcas de cigarros por su calidad y emblemas símbolo del consumo de la industria tabacalera criolla.
En toda la región del Cibao, Santiago de los Caballeros, cuyo municipio Tamboril se ha convertido en la meca de la fabricación de marcas comerciales derivadas del tabaco que se produce en la zona, los de mayor salida hacia los mercados internacionales.
Pero la fabricación de puros tiene un nombre y una marca femenina en medio de la gran producción y fabricación de cigarros en la región norte del país, y ese símbolo es Doña Altagracia Ovalles, mujer que se destaca por su incansable labor empresarial en procura de fabricar cigarros de la mayor calidad.
Hablar del tabaco de Tamboril, producción, industrialización y exportación de cigarros es hablar de Altagracia Ovalles, dama que marca el paso dentro de un mundo donde los hombres han impuesto su paso.
Ver a Altagracia saborear un fino cigarro originario de su finca en Tamboril da ganas de consumir sus cigarros de marca Juliany Cigars, colocados dice ella en los mayores mercados donde el turismo es atractivo para Dominicana.
Turismo no solo es playa, arena, sol, ríos, historia o ecosistema, dice ella, también el turismo es producir un buen tabaco para de ahí fabricar un buen cigarro del que degustan nuestros visitantes tanto cuando vienen al país como cuando los encuentran en tierras extranjeras.
Altagracia Ovalles es reconocida internacionalmente por la calidad de sus productos de exportación, sino que es una mujer laboriosa, emprendedora del campo lo que se constituye en orgullo para la República Dominicana.
Su intención como emprededora y empresaria es que más mujeres se integran a la producción nacional del campo ya que la agricultura no es sólo para hombres también las mujeres pueden hacer, y que mejor propósito que la Asociación de Productores y Artesanos de Cigarros de Tamboril en la región norte del país.
Doña Altagracia tiene más de 25 años en esta labor tabacalera y de acuerdo a sus aspiraciones su vida es y será la producción agrícola tabacalera para que el turismo y la economía sigan aportando al desarrollo nacional.
Villa González: la tierra del más fino tabaco
República Dominicana se conoce en muchas partes del mundo por el tabaco. Tres de los principales municipios de esta provincia, como son Tamboril, Santiago de los Caballeros y Villa González, producen el mejor tabaco del mundo, lo que convierte a la demarcación en la «Capital del Cigarro».
Por este apetecible renglón, más de cinco mil turistas, nos visitan anualmente y no solo se llevan nuestro cigarro sino que han obligado a esas industrias a hacer una ruta donde ellos palpan la hoja ya sea en los campos o en el mismo almacén, donde reciben explicaciones.
Viendo las constantes visitas de extranjeros interesados en conocer más de cerca la forma en que los dominicanos obtienen el tabaco y de él, el cigarro, se creó hace seis años el Festival Procigar, cuya fiesta se celebra en febrero y patrocinado por General Cigar, Matasa, Tabacalera de García, La Aurora, Tabadom, Corporación Cigar Export, Tabaquisa, Tabacalera Fuente, Tabacalera La Alianza y La Flor Dominicana, principales empresas en la elaboración de cigarros.
Según Catherine Llibre, gerente de comunicaciones del Festival Procigar, solamente este encuentro le da la bienvenida a más de 300 personas de más de 20 países, entre ellos distribuidores, consumidores y socios de la industria que vienen muy interesados en conocer todo el proceso del tabaco y esos a la vez traen más personas.
A los turistas interesados en conocer más a fondo el tabaco, se les hacen recorridos por emblemáticas fincas donde pueden ver la tierra donde se recolecta la hoja y a las fábricas de cigarros tan afamadas por los consumidores de tabaco de todo el planeta.
Regularmente las visitas son guiadas para facilitar el aprendizaje de las fases del cultivo y elaboración. Cada vez que viene un extranjero a hacer turismo por el tabaco, no solo Santiago, sino República Dominicana cuenta con nuevos embajadores de buena voluntad. No somos el país más rico, pero Dios nos regaló las mejores tierras para cultivar tabaco.
«No tenemos la mejor educación, pero nuestro pueblo es inteligente, habilidoso y responsable. Somos un país pobre y poco desarrollado, pero tenemos las mejores sonrisas. Nuestras casas son humildes, pero recibimos a los que nos visitan con alegría y agradecimiento. Carecemos de muchas cosas materiales, pero agradecemos al Señor lo que nos ha dado… y celebramos con orgullo lo que sabemos hacer bien, el cigarro», dice Henry Kerner, presidente de la Asociación de Productores de Cigarros de la República Dominicana.
La Ruta Turística Cultural del Tabaco ha ido creciendo con los años, convirtiendo a Santiago en la capital del Cigarro y de un turismo que cada vez atrae a más extranjeros.
De hecho, no es por casualidad que República Dominicana es conocida en suelo exterior por el ron, el béisbol, el turismo y, por supuesto, el tabaco.
De manera independiente cada fábrica trae cientos de turistas al mes y en La Aurora, en Tamboril, hay un exquisito museo que cuenta la historia de la industria de Tabacos E. León Jimenes.
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