El merengue, como pasa con todas las manifestaciones artísticas, experimenta en el tiempo cambios que le permiten adaptarse a las nuevas audiencias. No es una música acabada, aunque en su esencia siempre se interprete con una base rítmica que la identifica. La generación que lideraron Johnny Ventura y a la que se sumó una década después Wilfrido Vargas, creó un estilo que marcó distancia de la música que les precedió. Quienes surgieron después y que configuraron el cuerpo de los años dorados del merengue de los 80, aunque produjeron un cancionero con identidad propia, no pudieron superar la trascendencia, la incidencia y popularidad de El Caballo ni del Beduino. Juan Luis Guerra es la excepción de la regla, y su caso es otra cosa.
Concluido el ciclo de los 80, surge el fenómeno Cocoband, con Pochy Familia y Kinito Méndez como precursores de un merengue urbano, bailable, jocoso y fabulosamente bien orquestado, que sintonizó con el público de todas las clases y edades. Desde entonces, el indispensable y esperanzador «relevo del merengue» ha tenido que ingeniársela para competir con otros géneros tropicales –el reggaetón, el dembow, el trap y otras yerbas aromáticas–, que dificultaron su resonancia en el show business.
Una prueba de ello es que las orquestas más cotizadas del mercado, como Sergio Vargas, Los Hermanos Rosario, Fernando Villalona, vienen desde finales de los 70 cuyo liderazgo se mantuvo inalterado en los 80, o de otros que surgieron en los 90, como la misma Cocoband, Héctor Acosta o Eddy Herrera. El inicio del siglo que vivimos fue un desafío para los merengueros, sobre todo los siguieron aferrados al estilo tradicional.
Como resultado de una nueva corriente, entran a la escena Omega el Fuerte, Tito Swing, El Sujeto, Tulile, Silvio Mora y Alá Jazá, representantes de un derivado que se denominó merengue de calle. Con el mismo calificativo se nombró la música que producía La Cocoband, aunque esto puede descodificarse como un sonido ligeramente novedoso. Todos ellos producto de una mezcolanza tropical, que abrevó de fuentes que emanaron los ritmos tropicales que, desde Puerto Rico, principalmente, se expandieron por otros mercados.
La juventud reverenció esta vibrante corriente. Unos todavía siguen tan vigentes como cuando surgieron y otros no tanto. Simultáneamente, merengueros «comprometidos» con el estilo tradicional, como Jandy Ventura que continuó con El Legado de su padre Johnny, o Manny Cruz que es una realidad no solo artística sino económica, o Rafely Rosario que experimenta un resurgir en su carrera, bautizado finalmente este 2024 por el Premio Soberano con un espaldarazo a su Mujer bonita galardonado como Merengue del año. Que el público validara la música de Manny Cruz, que empiece a abrir los brazos para acoger la propuesta de Rafely Rosario, significa mucho para que el ritmo nacional continúe afianzándose tanto aquí como en otras plazas, gracias a una discografía apegada a la esencia tradicional, aderezada con ingredientes novedosos propios de estos tiempos.
Todo en cada uno de los artistas con 30, 40 y hasta 50 años en la escena y que todavía siguen vigentes, se debe a que apostaron a la calidad, aun cuando inyectaron dosis del lenguaje musical urbano, consiguieron producir una música que perdura en el tiempo. No todos los que conforman esta selección de la generación más reciente pueden colocarse en el contexto que define con claridad la impronta de sus antecesores. Manny Cruz, Rafely Rosario y Gabriel decidieron ir tras esas huellas, quizás muy conscientes que este es el merengue que los puede consolidar de una manera que puedan trascender más allá de su época.
Jandy Ventura
49 años
Sin proponérselo, Jandy Ventura sorpresivamente ascendió en la línea de sucesión como líder de la generación de merengueros que representa la generación más joven. Sucedió tras la muerte de su padre, ocurrida en julio del 2021, cuando posteriormente asume El Legado como cabeza. Ha sabido mantener vivo el cancionero de El Caballo, a quien tributó con dos álbumes con el nombre que identifica la nueva era del legendario Combo Show. Tiene por delante la tarea de renovar el repertorio con la producción de canciones propias, con lo que sería suficiente para conectar con nuevas audiencias.
Silvio Mora
1979, 45 años
Hijo artístico del merengue «de calle», ese estilo con una alta dosis de lo urbano, que abrazó el refranero popular para producir canciones que se convirtieron en himnos entre la juventud. El Camarón, Llegó el pavo y Yo quiero volver dominaron hace unos años el hit parade nacional, y con la pegada de estos merengues, Silvio Mora logró establecer su marca como un cantante con una agenda regular. Cuando su repertorio carecía de nuevos éxitos, incursionó como youtuber en la producción de contenidos para las plataformas streaming, trabajo con el que irónicamente gana su primer Premio Soberano.
Omega El Fuerte
17 de enero de 1979, 45 años
Antonio Peter de la Rosa, conocido como Omega El Fuerte, es dueño de una discografía que enriqueció –y dimensionó– la el merengue de calle. Desde los 13 años empezó a involucrarse con el arte, cuando formó parte de un grupo de rap. En el 2005 publicó Omega y su mambo violento, el disco que le abrió el camino para ganar el Premio Soberano. En el mejor momento de su carrera, se presentó como parte de la exclusiva cartelera del Festival Presidente, escenario reservado para las grandes estrellas internacionales. A la fecha se mantiene como el máximo exponente del merengue urbano.
Manny Cruz
26 de abril de 1983, 41 años
A fuerza de constancia, talento y visión, Manny Cruz logró conectar con el público gracias a un estilo depurado, apegado al merengue bailable pero estilizado, con letras románticas y jocosas. Cuando asumió su proyecto propio no era un desconocido, había pertenecido a las orquestas de Rikarena y de Kinito Méndez y pasó por la alineación de Ilegales. Con su agrupación ya cuenta con un portentoso trabajo que le ha merecido nada menos que 9 Premios Soberano, un premio ASCAP y ya tiene acumulada seis nominaciones al Grammy Latino. Manny no es una promesa del merengue, es una realidad. A estos dos, por su estilo, sumaríamos a Gabriel, un artista inconsistente que va y viene, que en unos años grabó un par de álbumes apreciables.
Quienes surgieron en los 2000 intentan sobrevivir a la indiferencia de un mercado más en sintonía con los ritmos urbanos, y han cargado pesado para seguir remando contracorriente.
Rafely Rosario
8 de septiembre de 1986, 37 años
Hijo de Rafa Rosario, líder de Los Hermanos Rosario, orquesta en la que debutó como merenguero, Rafely tuvo un arranque favorable en la segunda mitad de la década del 2010. Me liberé fue una canción que sonó bastante, y luego con una versión del hit de Juanes, La camisa negra y Cuando nos falla el amor pudo robustecer su impronta en sus primeros años en solitario. Recibió una nominación a los Premios Soberano como Revelación del año y luego vino un período de sequía, cuando salió de los escenarios. Ahora está en un renacer y este 2024 ganó Merengue del año en los Premios Soberano con Mujer bonita.
Ala Jazá
1987, 37 años
A pesar de su juventud, es un veterano que desde que era un adolescente le interesó la música. En los años en que trabaja como arreglista e ingeniero de sonido, tuvo la oportunidad de coincidir en los estudios con Don Omar, Lenny Santos (Aventura), Óptimo, Daddy Yankee y otros exponentes que sin duda influyeron en su anhelo por tener su propia orquesta. Es uno de los exponentes que se inclinó por el merengue de calle y en los últimos tiempos sacó cuerpo como uno de los más populares. Selló su despegue cuando ganó el Premio Soberano como Merenguero de calle.
Tito Swing
Edad sin establecer
Nació en Santiago y su carrera se decantó por el merengue de calle. Entre el 2008 y el 2012 se colocó en los máximos niveles de popularidad, logrando el Premio Soberano como Revelación del año en el 2010. Tiene en Nueva York una plaza que abrazó su música, con ese estilo característico y acelerado de interpretar el merengue. El café es uno de los más de mayor pegada (tiene más de tres millones de reproducciones solo en Spotify), y también son muy conocidas Scooby Doo Papá, Hablan de todo, Deja de hablar de mí y El bolón.
Gabriel
5 de enero de 1990, 34 años
Nacido en Saint Louis, Missouri, Estados Unidos, hijo de Enrique A. Ramírez y Tammy Pagán, se preparó para abrazar la música como profesión, estudiando producción musical y composición en Berklee College of Music de Boston. Debutó en el 2012 con el álbum Peripecia, en el que recoge doce canciones. Aunque no está en el foco de los escenarios, es uno de los jóvenes intérpretes que más se ha preocupado por producir un merengue con calidad. Fue galardonado con el Premio Soberano por la Asociación de Cronistas de Arte y ha participado en la plataforma Latin Grammy Street Parties.
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