31/05/2025
Crónica Política

El Plan Frontera sigue vigente: una visión que debemos retomar con urgencia

Escuché con atención la reciente intervención del almirante Sigfrido Pared Pérez en el matutino «Su Mundo», transmitido por el multimedios del empresario y político Ismael Reyes Cruz. Fue una de esas entrevistas que, más que declaraciones, nos dejan un mapa claro de lo que ha estado mal y de lo que se debe hacer. Con el temple que siempre lo ha caracterizado, el exjefe de Inteligencia de los gobiernos del PLD dejó claro que el principal problema que enfrenta la República Dominicana tiene nombre propio: Haití, o mejor dicho, su profunda inestabilidad institucional.

Pared Pérez no se anduvo con rodeos. Dijo, con firmeza, que las bandas haitianas no representan una amenaza real para nuestro país, y lo argumentó con una seguridad que solo da el conocimiento profundo de nuestras capacidades militares y de inteligencia. «Cuando crucen al territorio dominicano, los órganos de seguridad sabrán cómo actuar, como está en el manual», afirmó. Y le creo. No por confianza ciega, sino porque si hay alguien que sabe cómo se mueve la seguridad nacional en este país, es él.

Pero lo que más me llamó la atención fue la reivindicación que hizo del llamado Plan Frontera, una estrategia integral que diseñó hace años y que entregó en su momento al fenecido Reinaldo Pared Pérez. Según contó, Reinaldo lo entendió perfectamente y lo apoyó sin reservas. Hoy, cuando la presión migratoria desde Haití se ha vuelto insostenible y el Estado haitiano luce colapsado, ese plan cobra más vigencia que nunca.

El plan no es un simple documento. Se trata de una propuesta estructurada en cinco grandes pilares: seguridad militar, vigilancia tecnológica, infraestructura física, desarrollo económico local y migración regulada. No es una idea improvisada ni un conjunto de parches. Es una visión de Estado que, si se hubiera aplicado a tiempo, probablemente tendríamos hoy una frontera más segura, más ordenada y más funcional.

Pared Pérez explicó que el plan incluye el uso de tecnología avanzada como drones, sensores, y torres de vigilancia, así como el fortalecimiento del muro fronterizo y la instalación de destacamentos militares permanentes. No habló desde la teoría, sino desde la experiencia, desde el conocimiento profundo del terreno y sus vulnerabilidades.

También abordó un aspecto que muchos olvidan: el desarrollo económico de la frontera. Propuso impulsar zonas de desarrollo binacional, fomentar cooperativas agrícolas y crear incentivos para que los dominicanos regresen o se queden en esa zona. La frontera no debe verse solo como una línea de defensa, sino como un eje de desarrollo.

Otro punto clave fue el control migratorio. El plan plantea registros biométricos, actualización de datos, y una política firme pero humanitaria de deportación. Y en medio de la entrevista, el almirante dejó claro que este tipo de medidas no se pueden ejecutar con discursos políticos: se necesita decisión, recursos y unidad nacional.

Por eso valoró positivamente la convocatoria hecha por el presidente Luis Abinader a los expresidentes y líderes nacionales para buscar un pacto migratorio. Dijo que era una buena señal y que el momento lo exige. Yo coincido. Este no es un tema de partidos, sino de país. La migración haitiana descontrolada afecta la salud, la educación, el empleo y la seguridad nacional. Y nadie puede cargar solo con esa responsabilidad.

Me conmovió también la forma en que recordó a Reinaldo Pared Pérez, no solo como compañero de partido, sino como un hombre de visión que supo ver en el Plan Frontera una herramienta para el futuro. «Reinaldo creyó en este proyecto», dijo. Y estoy seguro de que, de estar vivo, también estaría reclamando hoy su implementación.

Escuchar al almirante Pared Pérez fue, para mí, un llamado a despertar. A veces nos perdemos en los titulares del momento y olvidamos que la seguridad y el orden territorial requieren planificación seria. Su propuesta está ahí. Lista. Probada. Solo falta la voluntad política para retomarla. Y el tiempo apremia.

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