En un ambiente de expectativa y con una declaración de intenciones clara, el Partido Demócrata Institucional (PDI) ha marcado un antes y un después en su trayectoria política. Su relanzamiento no es meramente un acto simbólico, sino una «convocatoria real» a los dominicanos para construir una nueva forma de hacer política. El PDI, que afirma conocer el sistema desde dentro y desde fuera, ha elegido cambiarlo con dignidad y sin ceder principios. Con la mirada puesta en las elecciones de 2028, el partido ha presentado un decálogo de «10 promesas fundamentales para transformar la República Dominicana», que delinean su visión de un país más justo, equitativo y soberano.
El primer pilar de esta propuesta es una educación que libere y prepare. El PDI se compromete a construir un sistema educativo con tecnología, calidad, pensamiento crítico y valores, buscando formar «ciudadanos libres, creativos y capaces» desde las aulas.
En segundo lugar, el partido aboga por una salud pública gratuita, humana y digna. Su visión incluye hospitales modernos, acceso universal a medicamentos y un sistema de salud inclusivo, eficiente y sin discriminación para la ciudadanía.
La tercera promesa se centra en una justicia real y sin privilegios. El PDI impulsará una reforma institucional que garantice que «nadie esté por encima de la ley», sentando las bases para una democracia donde prevalezca la igualdad ante la justicia.
La aeguridad ciudadana con inteligencia y respeto constituye el cuarto eje. El partido propone combatir la inseguridad desde la prevención, fortaleciendo las capacidades del Estado, pero siempre «sin caer en el abuso ni en la militarización excesiva». Además, el PDI enfatiza que «los derechos humanos serán innegociables».
El quinto pilar se enfoca en un modelo económico que genere bienestar real. La meta es lograr una distribución equitativa de la riqueza, eliminando lo que califican como un «enfoque de limosnas». Se priorizará el apoyo al retorno al campo, la producción nacional, la industria local, las PYMES y la generación de empleo digno. Un objetivo concreto es «bajar el costo de la canasta familiar sin recetas improvisadas».
En sexto lugar, el PDI destaca la Protección del medioambiente y soberanía sobre nuestros recursos. El partido anuncia una revisión de todos los contratos mineros, con la firme declaración de que «no permitiremos que las multinacionales insaciables sigan saqueando lo que pertenece al pueblo». Proponen blindar las reservas naturales y desarrollar una política ambiental seria y nacionalista.
El séptimo compromiso aborda un Sistema de pensiones justo y humano. El PDI promete una reforma profunda al sistema de AFP, denunciando lo que consideran un «robo disfrazado de ahorro». Su objetivo es revertir la situación en la que «unos pocos se sigan enriqueciendo, mientras los trabajadores se empobrecen cada día más».
La octava promesa es cero corrupciones, transparencia total. El PDI impulsará una cultura de auditorías abiertas y la publicación mensual del gasto público, garantizando que la ciudadanía sepa «cómo, cuándo y en qué se usan los recursos que paga». La advertencia es clara: «El que robe, responderá ante la justicia».
El noveno eje se refiere a obras públicas con visión social y territorial. Las obras, según el PDI, no serán para lucirse, sino para transformar, priorizando «las zonas más vulnerables» con proyectos de agua potable, carreteras rurales, viviendas dignas, eliminación de pisos de tierra y un transporte público eficiente, higiénico y seguro. El décimo pilar es la defensa firme de la soberanía y control migratorio.
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