30/11/2024
Crónica de una Mariposa

El merengue soberano: nuestro compás de identidad

Cada 26 de noviembre, República Dominicana celebra con orgullo el Día Nacional del Merengue, un ritmo que late en el corazón de cada dominicano y que ha trascendido nuestras fronteras para convertirse en un símbolo universal de alegría y cultura. Este género musical, nacido en los campos del Cibao en el siglo XIX, ha evolucionado de ser una expresión rural a un patrimonio mundial, reconocido en 2016 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

El merengue comenzó como un ritmo de tambora, acordeón y güira, reflejando la riqueza de nuestras raíces africanas, europeas y taínas. Con el paso de los años, se incorporaron instrumentos modernos como el saxofón, el bajo y los teclados, transformándolo en un fenómeno urbano que conquistó los escenarios más prestigiosos del mundo. Artistas como Wilfrido Vargas, Johnny Ventura y Juan Luis Guerra, todos reconocidos con el gran  Soberano, llevaron el merengue a la escena internacional, creando éxitos que aún resuenan en las fiestas, así también la leyenda  Joseíto Mateo, conocido como el Rey del Merengue, marcaron una época dorada del género.

En la actualidad, el merengue sigue vivo gracias a figuras como Miriam Cruz, Eddy Herrera, Sergio Vargas y Héctor Acosta (El Torito), quienes también han recibido el reconocimiento del Premio Soberano por su aporte invaluable al género. Nuevas generaciones como Gabriel, Manny Cruz y Rafely Rosario han tomado la antorcha, fusionando este ritmo con elementos contemporáneos para conectarlo con el público joven.

El impacto del merengue no se limita a lo musical; es también un motor de orgullo nacional. En 2019, el país logró un Récord Guinness al realizar el merengue más grande del mundo, con miles de personas bailando al unísono en Santo Domingo, una muestra de cómo esta música une a los dominicanos en una sola cadencia.

Aunque enfrenta retos ante la globalización y el auge de otros géneros, el merengue resiste como un baluarte de nuestra cultura. Está presente en cada fiesta patronal, en las navidades y en las pistas de baile, recordándonos nuestra alegría, resiliencia y amor por la vida.

Hoy más que nunca, celebramos el merengue como nuestra identidad sonora y nuestro legado soberano, una herencia que nos llena de orgullo y que nos invita a seguir bailando al ritmo de nuestra historia. ¡Qué viva el merengue, que viva la República Dominicana!

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