San Juan, Puerto Rico. Se acerca el 26 de noviembre, Día Nacional del Merengue, instituido por decreto número 8619-05 del 2005, y aunque este luego fue derogado para mover la fecha para julio –bajo el argumento de que en ese mes se celebraba el Festival del Merengue– muchos toman como referencia la primera efeméride.
Para festejar una fecha que tradicionalmente pasa sin pena ni gloria, se necesitaba una iniciativa oportuna como la emprendida por el periodista y editor de Espectáculos del periódico El Día, Fausto Polanco, también ex presidente de la Asociación de Cronistas de Arte, la cual para que el próximo martes 26 de este mes se sentirá en el país los efectos de la campaña #UnDíaParaelMerengue.
Desde que esta iniciativa se dio a conocer, varias estaciones de radio dentro y fuera del país anunciaron que tocarán más merengue por ese día, y que bueno el respaldo recibido para esta actividad y así la gente pueda entender de una vez y por todas que a pesar de todo, lo que vive el ritmo actualmente, no podemos abandonar lo que siempre nos identifica como nación en términos musicales.
Que tenemos otros ritmos más pegados en estos tiempos, definitivamente, eso es normal. No somos el primero ni el único país en el cual muchos de sus artistas se destacan en otros ritmos que no son autóctonos.
Como comentaba en mi post anterior, es que nos mal acostumbramos y transmitimos esa mala costumbre al mundo, porque somos merengueros hasta la tambora y por eso hasta hoy por más que los dominicanos popularicemos diferentes ritmos, la bandera musical que nos representa es el merengue.
Ahora bien, qué pasará después del día26: sencillo, debemos seguir teniendo entusiasmo con el ritmo, dar segimiento a todo lo que esté relacionado al género. Que si la juventud está en otra onda, pero siempre tomando pedacitos de merengue, y así transmitir alegría.
Si grano a grano se llena la gallina el buche, por qué al merengue no se le da crédito cuando artistas internacionales fusionan su música con el ritmo.
O es que no queremos reconocer que Juan Luis Guerra y 440, desde su debut en el 1985 fueron y siguen siendo merengueros. Ahí es que está lo grande, ostentar un grupo de merengue con capacidad para diversificarse musicalmente, que pueda tocar otros ritmos, eso no es nuevo, pero lo quieren sacar de ahí, dicen que está por encima de ser un merenguero, a tal punto que quieren decir que el disco Bachata rosa (1991) fue el que lo catapultó intrenacionalmente, es posible sí, pero no podemos olvidar que Juan Luis viene de la prestigiosa escuela de Berklee que es un pasaporte a la internaciolización.
El destacado músico dominicano prefirió trabajar primero con el merengue y las influencias que todo sabemos, la historia del LP Soplando, considerado en estos tiempos como una joya musical. Hay que recordar que con los merengueres «Ojalá que llueva café» y «Visa para un sueño» fueron los temas que montaron a Juan Luis en el jet de la internacionalización.
Vamos a cumplir 12 años con el programa «La tarde alegre» aquí en Puerto Rico, y nuestro principal norte ha sido siempre promocionar y difundir el merengue y lo que pasa en su entorno, y por ende, desde aquí, ofrecemos nuestro apoyo a Fausto Polanco, Máximo Jiménez, Reinaldo Brito, que se han sumado a esta iniciativa, y a todos los merengueros que están apoyándolos. Que el 26 de este mes, Día Nacional del Merengue, ritmo que nos da identidad como pueblo, en varias vertientes, en lo folklórico, cultural, social y artístico, para que todos celebremos no importa dónde nos encontremos, porque el merengue es y seguirá siendo nuestra bandera musical nacional.
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