27/11/2025
Arte & Cultura

El merengue como identidad: Adopae reúne voces clave para debatir su porvenir

La Academia Dominicana de Periodistas de Arte y Espectáculos (Adopae) celebró el Día Nacional del Merengue con un concurrido conversatorio en la sala Aída Bonelly de Díaz del Teatro Nacional, donde artistas, legisladores, gestores culturales, promotores y académicos reflexionaron sobre la evolución, los retos y el porvenir del ritmo que simboliza la identidad nacional.

El presidente de Adopae, el periodista Severo Rivera, destacó la importancia del ritmo como uno de los pilares de la identidad cultural dominicana.

Rivera agradeció el respaldo del Banco Popular Dominicano, Valenzuela Production, Lendof & Asociados y el propio Teatro Nacional, además de reconocer el acompañamiento de ADORA, artistas, estudiantes y representantes del ámbito político y legislativo que participaron en la actividad. También ofreció un agradecimiento especial al publicista y locutor Monchi Arias.

Rivera resaltó la labor de Adopae como la primera organización de cronistas de arte del país y subrayó su compromiso con la profesionalización de sus miembros, el impulso de alianzas culturales y la generación de espacios de análisis sobre la realidad artística nacional. Señaló que la entidad continuará desarrollando una agenda institucional orientada a promover y preservar las expresiones culturales dominicanas.

Carlos Mario Echenique, Marina Frías, Severo Rivera, Susana Silfa y Fausto Polanco.

Asimismo, valoró la iniciativa de las emisoras afiliadas a ADORA, que dedicaron la jornada a la difusión del merengue en apoyo a un género que representa la esencia del espíritu dominicano.

La actividad incluyó el conversatorio “El merengue y sus exponentes”, con la participación de Mario Díaz, Fausto Polanco y Pochy Familia, quienes ofrecieron una mirada enriquecedora sobre la historia y evolución del merengue.

Rivera concluyó llamando a renovar el compromiso nacional con la cultura, los artistas y las instituciones que protegen el legado dominicano, afirmando que el merengue sigue siendo un símbolo indiscutible de la dominicanidad.

El conversatorio, titulado El merengue y sus exponentes, estuvo a cargo del compositor Mario Díaz, el periodista y escritor Fausto Polanco, secretario general de Adopae, y el merenguero Pochy Familia, quienes ofrecieron tres enfoques complementarios: la columna vertebral del merengue desde la composición, la memoria histórica del género y las condiciones actuales de los músicos dominicanos.

Mario Díaz abrió la jornada
El compositor Mario Díaz inició la actividad con la exposición El merengue es nuestra patria musical, una intervención amplia, profunda y cargada de identidad en la que afirmó que el merengue es “el territorio emocional donde habita la dominicanidad”.

Díaz destacó que el merengue nació y se fortaleció gracias a sus compositores, desde los responsables del merengue de tierra adentro —como Ñico Lora, Pedro Reynoso, Toño Abreu, Dionisio Mejía (Guandulito), Tatico Henríquez y Francisco Ulloa— hasta los autores que, ya en Santo Domingo, vistieron el ritmo de gala y lo llevaron a los grandes salones, clubes sociales y escenarios del país.

Severo Rivera, presidente de Adopae, Mario Díaz, Pochy Familia y Fausto Polanco.

Recordó que la dictadura trujillista condicionó fuertemente la creación musical, obligando a muchos compositores a producir obras en alabanzas al régimen. Sin embargo, incluso dentro de esa opresión surgieron merengues que abordaron temas patrióticos, humorísticos, amorosos y sociales. Citó el caso del puertoplateño Félix López, apresado por sus merengues de denuncia La miseria y Siña Juanica, que retrataban la pobreza dominicana con crudeza y valentía.

Entre los autores que elevaron el merengue a una categoría estética perdurable, mencionó a Luis Alberti, creador de joyas como Compadre Pedro Juan y Dolorita; Julio Alberto Hernández, con Desiderio Arias y Soñar; Luis Kalaff, autor de Juancito Trucupey y La empalizá; Héctor J. Díaz, con Mal pelao y El negrito del batey; Radhamés Reyes Alfau, José Lázaro Sosa, Manuel Sánchez Acosta, Luis Pérez y Pipí Franco (Arcadio Franco), creador del exquisito Arroyito cristalino.

Díaz abarcó también la consolidación del merengue tras la dictadura, con figuras como Johnny Ventura, Joseíto Mateo, Félix del Rosario, El Negrito Truman y Rafael Solano, y resaltó el aporte de compositores como Eloy Tejeda (Manyulo), William Liriano Sr., Mundito Espinal, Sony Ovalle, Ramoncito Díaz, Johnny Pacheco, Joe Nicolás y Chucky Acosta, quienes afianzaron el merengue en la vida social dominicana y en la tradición navideña.

Sobre la Época Dorada del Merengue, sintetizó el impacto de autores como Luis Díaz, Juan Luis Guerra, Melvin Rafael, Ramón Orlando, Rosa Pontier, Raffy Rosa, Frantoni Santana, Rento Arias, Palmer Hernández, Miguel Rey, Manuel Jiménez, Alicia Baroni, José Peguero, Víctor Víctor y Manuel de Jesús, entre otros.

Asimismo, destacó a compositores de los años 90 como Cristian Encarnación, Herodys Ureña, Daniel Vásquez, José Antonio Santos Antigua (Calistre) y a autores contemporáneos como Valerio de León, ganador del Premio Soberano con Cómo diablos.

Cerró afirmando que “mientras en el alma de los dominicanos sigan resonando la güira y la tambora, habrá merengue, porque este ritmo forma parte de nuestro ADN”.

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